
Las fuentes musicales que nos han quedado del Renacimiento son, en su mayoría, colecciones de canciones polifónicas, obras que recogen el repertorio de la época y que dan testimonio de la confluencia de varias culturas. Entre los cancioneros famosos, están aquellos relacionados con el Palacio, con el duque de Calabria (también llamado Cancionero de Uppsala), con Montecasino y, en este caso, con Barcelona. Cançoner de Barcelona (Cancionero de Barcelona), manuscrito M 454 en la Biblioteca de Catalunya, es la fuente musical renacentista más importante de la corte de Aragón y uno de los repertorios más destacados del patrimonio musical de Europa. Sus 190 hojas contienen alrededor de 127 composiciones religiosas y seculares de autores catalanes, españoles y franco-flamencos de entre finales del siglo XV y mediados del siglo XVI. Dignos de mencionar son Francisco de Peñalosa, Antoine de Févin, Jean Mouton, Johannes Martini, Gaspar van Weerbeke, Mateo Flecha, Johannes Ockeghem, Juan de Anchieta, Antoine de Busnoys (o Busnois), Noel Bauldeweyn, Cubells, Alonso de Mondéjar, Jacob Obrecht, Johannes Ghiselin-Verbonet, Lope de Baena, Josquin des Prés, Loyset Compère, Johannes Wreede (Juan de Urrede), Quexada (o Quixada), Clément Janequin, Nicolaus Craen, Cristóbal de Morales, Juan del Encina y Pedro de Pastrana. Barcelona era el punto de entrada para los músicos que llegaban a la península Ibérica; las visitas de capillas musicales (como la del emperador Carlos V [1519-1556]) contribuían a la presencia del repertorio franco-flamenco en Cataluña. Más de 30 copistas participaron en la compilación del Cançoner de Barcelona. Resulta interesante que el libro haya ido aumentando de adentro hacia afuera. La encuadernación es de madera, cubierta con cuero, y con broches de cierre metálicos. A mediados del siglo XX, el manuscrito se restauró para contrarrestar los efectos de la tinta sobre el papel. Muchas personas participaron de la redacción de estas partituras. La obra llegó a la Biblioteca de Catalunya como parte de la colección del bibliófilo Joan Carreras i Dagas (1828-1900). El musicólogo Felipe Pedrell (1841-1922) le asignó el número 961 y la describió en el segundo volumen del catálogo de la biblioteca, publicado en 1909.