
El Sacramentario de Fulda tipifica los cambios estructurales que sufrieron los sacramentarios en la época carolingia, cuando el embellecimiento artístico se concentró cada vez más en el canon. La letra inicial T (de Te igitur, «A Ti, pues», la primera oración de la misa) del sacramentario representa la imagen de Cristo crucificado (en el recto del folio 12), rodeada por cuatro medallones que muestran, respectivamente, la mano de Dios, a santa María, a san Juan y a un sacerdote en actitud de adoración. Producido en el monasterio benedictino de Corvey en el último tercio del siglo X, el sacramentario es uno de los primeros ejemplos de las nuevas tendencias artísticas. El manuscrito tiene una encuadernación contemporánea con placas de marfil. Estuvo guardado en el tesoro de la catedral de Verdún hasta el siglo XVIII. De allí llegó a la biblioteca de la corte de Mannheim, que fue trasladada a Múnich en 1803-1804.