
Este pequeño libro de oraciones una vez perteneció al emperador Otón III (980−1002). A pesar de que prácticamente no se destaca si se lo compara con otros manuscritos lujosamente iluminados, fue pensado para la devoción en privado del soberano, y es uno de los dos únicos libros de oraciones reales de la Alta Edad Media que sobreviven. Probablemente haya sido encargado después del año 984, tal vez por el arzobispo Willigis de Maguncia, cuando Otón III (que entonces tenía 4 años) estaba dedicado a cuidar a su madre y su abuela, las emperatrices Teófano y Adelaida, respectivamente, después de la muerte de su padre. El manuscrito tiene tres retratos de Otón III. El primero, que aparece después de una miniatura que muestra la crucifixión de Jesús, representa al joven monarca rezando entre san Pedro y san Pablo. El segundo lo muestra arrodillado delante de Cristo, en un trono dentro de la mandorla (motivo ornamental en forma de almendra). La tercera pintura (dedicatoria) muestra a Otón III en su trono mientras recibe el libro de oraciones de manos de un clérigo. Los textos de las oraciones están escritos en minúscula carolingia, en tinta dorada sobre un fondo de color púrpura. Cabe destacar que el pergamino no fue teñido con tinta púrpura por completo, como era costumbre en el siglo IX, sino que cada página tiene un campo en color púrpura enmarcado por estrechas franjas doradas. Se desconoce la mayor parte de la historia posterior de este libro. Se lo descubrió en el siglo XIX en la biblioteca que la noble familia Schönborn tenía en el Palacio de Weissenstein en Pommersfelden, Baviera. Fue adquirido por la Biblioteca Estatal de Baviera en 1994.