Este grabado publicitario de alrededor de 1855 muestra la fachada de un edificio de tres plantas y media en la cuadra del 200 de la calle South Second, en Filadelfia. La fachada, cuya entrada principal está abierta, cuenta con dos grandes escaparates y carteles que anuncian «Wm.B. Eltonhead, relojes de pulsera y joyas». Un reloj de bolsillo a gran escala decora la fachada del edificio. Dentro del comercio, un empleado atiende a un cliente; también se ve a otro hombre y una mujer de pie. Por el frente de la tienda, pasan caminando varios hombres, mujeres y niños. Algunos entran en el comercio, mientras que otros admiran la mercadería que se exhibe en los grandes escaparates. Allí, hay retratos enmarcados, bandejas, relojes de pulsera, otras piezas enchapadas en plata y artículos de fantasía. William B. Eltonhead arrendó este lugar a partir de 1850 y permaneció en él hasta mediados de la década 1860, antes de trasladar el negocio a la calle Chestnut. En 1869, se le otorgaron patentes para el lavado de oro y para una máquina de cerillas. El texto impreso bajo esta imagen promociona el local como «comerciante de todo tipo de relojes de pulsera y fabricante de todo tipo de joyas y platería» y continúa: «También ofrece un gran surtido de joyería fina francesa y una gran cantidad de artículos de fantasía únicos. Póngase en contacto conmigo y conozca el amplio y variado surtido de artículos que tengo para ofrecerle. Reparación de relojes de pulsera, joyas y platería, con garantía». El artista que creó esta litografía fue John L. Magee. Nacido en Nueva York circa 1820, se especializó en caricaturas y en grabados de imágenes de eventos. Hacia 1855, ya era un activo artista en Filadelfia, donde produjo retratos, imágenes de iglesias, caricaturas políticas y grabados de imágenes de eventos, incluidas imágenes de la Guerra Civil estadounidense. Durante un tiempo, Magee trabajó para el establecimiento del impresor de esta imagen, Thomas S. Sinclair (circa 1805-1881). Sinclair nació en las islas Orcadas de Escocia y, hacia 1833, trabajaba en Filadelfia, donde pronto tuvo su propio comercio. Fue uno de los primeros grabadores locales en experimentar con el color en la litografía. Sinclair fue un litógrafo versátil: produjo todos los géneros de litografía, como mapas, anuncios, paisajes urbanos y rurales, portadas para partituras, retratos, caricaturas políticas, certificados e ilustraciones de libros.