
En preparación para la conferencia de paz que tendría lugar después de la Primera Guerra Mundial, en la primavera de 1917, el Ministerio de Relaciones Exteriores británico creó un departamento especial responsable de proporcionar información de base para los representantes británicos en la conferencia. Islas Canarias es el número 123 en una serie de más de 160 estudios realizados por el departamento, de los cuales la mayor parte fue publicada tras la conclusión de la Conferencia de Paz de París que tuvo lugar en 1919. El archipiélago canario es un grupo de siete islas principales y seis islotes deshabitados pertenecientes a España en el océano Atlántico, al sudoeste de Marruecos. El libro cubre temas de geografía física y política, historia política y condiciones económicas. Las Canarias se diferencian de otras islas del Atlántico porque fueron visitadas por marineros genoveses y catalanes ya en los siglos XIII y XIV, antes del descubrimiento y la ocupación por parte de los europeos en el siglo XV. A diferencia de otras islas del Atlántico, como las Azores, no estaban deshabitadas, sino que estaban habitadas por un pueblo nativo: los guanches. El primer asentamiento europeo permanente en las Canarias fue una expedición francesa en 1402; después, Portugal se apoderó de las islas, pero, en 1479, cedió sus pretensiones a España, que completó la conquista de las Canarias a finales de siglo. El estudio señala las tres funciones económicas distintas que desempeñaban las islas Canarias: como estación carbonera en la ruta principal para los buques que viajaban entre Europa y Sudáfrica o América del Sur, como un importante productor y exportador de plátanos y tomates, principalmente para el mercado británico, y como un centro de salud y de vacaciones. El estudio también señala que el «agua profunda entre las islas Canarias y la costa africana, desde el cabo Chaunar (o Nun) hasta el cabo Blanco, tiene fama de ser la mejor zona de pesca en el mundo».