
Este grabado, que muestra a las tropas alemanas atrapadas en una inesperada inundación en Bélgica, pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. El epígrafe explica: «Las unidades alemanas, que evitaban atravesar Amberes de camino a Dendermonde (cerca de Malinas), fueron sorprendidas por una inundación que causaron los belgas al hacer explotar las presas. Toda la zona quedó inundada. Mientras los alemanes trataban de rescatar sus armas, los belgas abrieron fuego contra ellos desde los fuertes de Amberes. Entretanto, el nivel del agua seguía subiendo y cubría a personas y armas. El heroico sacrificio de los belgas enseñará una lección a los alemanes: van a entender con quién están tratando, y sus descendientes aprenderán a no infringir la libertad y la independencia de este extraordinario país, cuyo coraje recibe la admiración de toda Europa». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.