
Apenas dos días antes del segundo aniversario del huracán Gran Miami, que causó estragos en el sur de la Florida, otra poderosa tormenta azotó el estado. El huracán, de categoría 4, causó al menos 1500 muertes en el Caribe antes de tocar tierra en el condado de Palm Beach el 16 de septiembre de 1928. La tormenta provocó lo que se estima que fueron unos 25 millones de dólares en daños a lo largo de la costa atlántica de la Florida, desde Fort Pierce hasta Boca Ratón. Sin embargo, el mayor daño se produjo en el interior, especialmente a lo largo de la orilla sur del lago Okeechobee. A medida que el huracán cruzaba el lago grande pero poco profundo, intensos vientos arrastraban una ola que castigaba las precarias comunidades agrícolas. El impacto de la tormenta fue tan devastador en esta región en particular que recibió el nombre de huracán Okeechobee (también llamado San Felipe II). En gran parte, la destrucción puede atribuirse al drenaje de los Everglades y sus efectos. En las décadas anteriores a la tormenta, el estado de Florida había drenado miles de acres de pantanos en el norte de los Everglades. Sobre la tierra recuperada, se habían establecido operaciones agrícolas comerciales a las que llegaban camiones llenos de mano de obra migratoria dispuesta a trabajar en las granjas. El auge agrícola estuvo acompañado de casas y edificios construidos de forma precaria. Estas deficiencias quedaron expuestas durante el huracán de 1928. El cálculo de la pérdida de vidas en la región del lago Okeechobee varía entre las 1800 y 3500 personas; tan solo en el cementerio de Puerto Mayaca hay, al menos, 1600 cuerpos enterrados. Debido a la lejanía de la zona devastada y al alcance de la destrucción, nunca se sabrá la cantidad real de víctimas. Tras recorrer la región después del huracán, el presidente Herbert Hoover inició un proyecto para construir un enorme dique que rodeara la mitad inferior del lago Okeechobee. El resultado fue el dique Herbert Hoover, que mide 85 millas (136,79 km) de largo y 36 pies (10,97 m) de altura. El dique resistió durante los subsecuentes huracanes de la década de 1940.