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La guerra. Documentos de la sección fotográfica del Ejército, fascículo XI: Prisioneros y trofeos

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La guerra. Documentos de la sección fotográfica del Ejército, fascículo XI: Prisioneros y trofeos
En 1916, la sección fotográfica del Ejército, dependiente del Ministerio de Guerra francés, publicó unas colecciones de fotografías que documentaban todos los aspectos de la participación francesa en la Primera Guerra Mundial. Estaban agrupadas por tema y se publicaron en 20 fascículos separados. Estos fascículos, que comienzan con una breve introducción en francés, a su vez, aparecieron en dos volúmenes mayores. Las fotografías tienen epígrafes en francés, que están acompañados de cuadros que proporcionan versiones de los títulos en inglés, alemán, español y portugués. Las imágenes fueron tomadas por fotógrafos del Ejército, cuyas identidades no quedaron registradas. La serie completa fue editada por Victor-Eugène Ardouin-Dumazet (1852-1940), periodista francés, conocido principalmente por su trabajo como editor de Voyage en France—una colección de guías turísticas compiladas en unos 70 volúmenes— entre 1893 y 1907. Esta colección también documentaba minuciosamente el orden económico de la Francia urbana y rural de ese período. El año 1916 fue crucial para Francia durante la Primera Guerra Mundial y estuvo marcado por las dos grandes batallas que se libraron en su territorio: la batalla de Verdún, que comenzó el 21 de febrero y duró hasta mediados de diciembre, y la batalla del Somme, que se desató el 1 de julio y se extendió hasta mediados de noviembre. Nunca se sabrá con certeza la cantidad de víctimas, pero, según algunas estimaciones, Francia registró hasta un millón de muertos, heridos y prisioneros en estos dos conflictos. Estos volúmenes, producidos con fines propagandísticos, brindan escasa información sobre los padecimientos del soldado común. En la mayoría de los fascículos, no se hace referencia a los muertos ni a los heridos (si bien el fascículo XIV está dedicado al cuidado de estos últimos), y las trincheras parecen limpias y sin humedad. No obstante, se registra en detalle la destrucción de la campiña y de las ciudades francesas a manos de los invasores alemanes.

La guerra. Documentos de la sección fotográfica del Ejército, fascículo VIII: Armas y municiones

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La guerra. Documentos de la sección fotográfica del Ejército, fascículo VIII: Armas y municiones
En 1916, la sección fotográfica del Ejército, dependiente del Ministerio de Guerra francés, publicó unas colecciones de fotografías que documentaban todos los aspectos de la participación francesa en la Primera Guerra Mundial. Estaban agrupadas por tema y se publicaron en 20 fascículos separados. Estos fascículos, que comienzan con una breve introducción en francés, a su vez, aparecieron en dos volúmenes mayores. Las fotografías tienen epígrafes en francés, que están acompañados de cuadros que proporcionan versiones de los títulos en inglés, alemán, español y portugués. Las imágenes fueron tomadas por fotógrafos del Ejército, cuyas identidades no quedaron registradas. La serie completa fue editada por Victor-Eugène Ardouin-Dumazet (1852-1940), periodista francés, conocido principalmente por su trabajo como editor de Voyage en France—una colección de guías turísticas compiladas en unos 70 volúmenes— entre 1893 y 1907. Esta colección también documentaba minuciosamente el orden económico de la Francia urbana y rural de ese período. El año 1916 fue crucial para Francia durante la Primera Guerra Mundial y estuvo marcado por las dos grandes batallas que se libraron en su territorio: la batalla de Verdún, que comenzó el 21 de febrero y duró hasta mediados de diciembre, y la batalla del Somme, que se desató el 1 de julio y se extendió hasta mediados de noviembre. Nunca se sabrá con certeza la cantidad de víctimas, pero, según algunas estimaciones, Francia registró hasta un millón de muertos, heridos y prisioneros en estos dos conflictos. Estos volúmenes, producidos con fines propagandísticos, brindan escasa información sobre los padecimientos del soldado común. En la mayoría de los fascículos, no se hace referencia a los muertos ni a los heridos (si bien el fascículo XIV está dedicado al cuidado de estos últimos), y las trincheras parecen limpias y sin humedad. No obstante, se registra en detalle la destrucción de la campiña y de las ciudades francesas a manos de los invasores alemanes.

La guerra. Documentos de la sección fotográfica del Ejército, fascículo XX: El Marne

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La guerra. Documentos de la sección fotográfica del Ejército, fascículo XX: El Marne
En 1916, la sección fotográfica del Ejército, dependiente del Ministerio de Guerra francés, publicó unas colecciones de fotografías que documentaban todos los aspectos de la participación francesa en la Primera Guerra Mundial. Estaban agrupadas por tema y se publicaron en 20 fascículos separados. Estos fascículos, que comienzan con una breve introducción en francés, a su vez, aparecieron en dos volúmenes mayores. Las fotografías tienen epígrafes en francés, que están acompañados de cuadros que proporcionan versiones de los títulos en inglés, alemán, español y portugués. Las imágenes fueron tomadas por fotógrafos del Ejército, cuyas identidades no quedaron registradas. La serie completa fue editada por Victor-Eugène Ardouin-Dumazet (1852-1940), periodista francés, conocido principalmente por su trabajo como editor de Voyage en France—una colección de guías turísticas compiladas en unos 70 volúmenes— entre 1893 y 1907. Esta colección también documentaba minuciosamente el orden económico de la Francia urbana y rural de ese período. El año 1916 fue crucial para Francia durante la Primera Guerra Mundial y estuvo marcado por las dos grandes batallas que se libraron en su territorio: la batalla de Verdún, que comenzó el 21 de febrero y duró hasta mediados de diciembre, y la batalla del Somme, que se desató el 1 de julio y se extendió hasta mediados de noviembre. Nunca se sabrá con certeza la cantidad de víctimas, pero, según algunas estimaciones, Francia registró hasta un millón de muertos, heridos y prisioneros en estos dos conflictos. Estos volúmenes, producidos con fines propagandísticos, brindan escasa información sobre los padecimientos del soldado común. En la mayoría de los fascículos, no se hace referencia a los muertos ni a los heridos (si bien el fascículo XIV está dedicado al cuidado de estos últimos), y las trincheras parecen limpias y sin humedad. No obstante, se registra en detalle la destrucción de la campiña y de las ciudades francesas a manos de los invasores alemanes.

La guerra. Documentos de la sección fotográfica del Ejército, fascículo XIX: La ofensiva del Somme

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La guerra. Documentos de la sección fotográfica del Ejército, fascículo XIX: La ofensiva del Somme
En 1916, la sección fotográfica del Ejército, dependiente del Ministerio de Guerra francés, publicó unas colecciones de fotografías que documentaban todos los aspectos de la participación francesa en la Primera Guerra Mundial. Estaban agrupadas por tema y se publicaron en 20 fascículos separados. Estos fascículos, que comienzan con una breve introducción en francés, a su vez, aparecieron en dos volúmenes mayores. Las fotografías tienen epígrafes en francés, que están acompañados de cuadros que proporcionan versiones de los títulos en inglés, alemán, español y portugués. Las imágenes fueron tomadas por fotógrafos del Ejército, cuyas identidades no quedaron registradas. La serie completa fue editada por Victor-Eugène Ardouin-Dumazet (1852-1940), periodista francés, conocido principalmente por su trabajo como editor de Voyage en France—una colección de guías turísticas compiladas en unos 70 volúmenes— entre 1893 y 1907. Esta colección también documentaba minuciosamente el orden económico de la Francia urbana y rural de ese período. El año 1916 fue crucial para Francia durante la Primera Guerra Mundial y estuvo marcado por las dos grandes batallas que se libraron en su territorio: la batalla de Verdún, que comenzó el 21 de febrero y duró hasta mediados de diciembre, y la batalla del Somme, que se desató el 1 de julio y se extendió hasta mediados de noviembre. Nunca se sabrá con certeza la cantidad de víctimas, pero, según algunas estimaciones, Francia registró hasta un millón de muertos, heridos y prisioneros en estos dos conflictos. Estos volúmenes, producidos con fines propagandísticos, brindan escasa información sobre los padecimientos del soldado común. En la mayoría de los fascículos, no se hace referencia a los muertos ni a los heridos (si bien el fascículo XIV está dedicado al cuidado de estos últimos), y las trincheras parecen limpias y sin humedad. No obstante, se registra en detalle la destrucción de la campiña y de las ciudades francesas a manos de los invasores alemanes.

La guerra. Documentos de la sección fotográfica del Ejército, fascículo XVIII: El ejército colonial

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La guerra. Documentos de la sección fotográfica del Ejército, fascículo XVIII: El ejército colonial
En 1916, la sección fotográfica del Ejército, dependiente del Ministerio de Guerra francés, publicó unas colecciones de fotografías que documentaban todos los aspectos de la participación francesa en la Primera Guerra Mundial. Estaban agrupadas por tema y se publicaron en 20 fascículos separados. Estos fascículos, que comienzan con una breve introducción en francés, a su vez, aparecieron en dos volúmenes mayores. Las fotografías tienen epígrafes en francés, que están acompañados de cuadros que proporcionan versiones de los títulos en inglés, alemán, español y portugués. Las imágenes fueron tomadas por fotógrafos del Ejército, cuyas identidades no quedaron registradas. La serie completa fue editada por Victor-Eugène Ardouin-Dumazet (1852-1940), periodista francés, conocido principalmente por su trabajo como editor de Voyage en France—una colección de guías turísticas compiladas en unos 70 volúmenes— entre 1893 y 1907. Esta colección también documentaba minuciosamente el orden económico de la Francia urbana y rural de ese período. El año 1916 fue crucial para Francia durante la Primera Guerra Mundial y estuvo marcado por las dos grandes batallas que se libraron en su territorio: la batalla de Verdún, que comenzó el 21 de febrero y duró hasta mediados de diciembre, y la batalla del Somme, que se desató el 1 de julio y se extendió hasta mediados de noviembre. Nunca se sabrá con certeza la cantidad de víctimas, pero, según algunas estimaciones, Francia registró hasta un millón de muertos, heridos y prisioneros en estos dos conflictos. Estos volúmenes, producidos con fines propagandísticos, brindan escasa información sobre los padecimientos del soldado común. En la mayoría de los fascículos, no se hace referencia a los muertos ni a los heridos (si bien el fascículo XIV está dedicado al cuidado de estos últimos), y las trincheras parecen limpias y sin humedad. No obstante, se registra en detalle la destrucción de la campiña y de las ciudades francesas a manos de los invasores alemanes.

Manifiesto futurista del deseo

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Manifiesto futurista del deseo
En 1912, la bailarina, escritora y pintora francesa Anne-Jeanne-Valentine-Marianne Desglans de Cessiat-Vercell (más conocida por el seudónimo Valentine de Saint-Point, 1875-1953) escribió el Manifesto della Donna futurista (Manifiesto de la mujer futurista). En este segundo manifiesto, publicado al año siguiente, la autora se explaya sobre su visión de la feminidad y describe el deseo como algo que va más allá de los conceptos morales y un elemento esencial del dinamismo de la vida. Pertenece a una colección de documentos futuristas que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Padua. El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.

Suplemento del Manifiesto técnico de la literatura futurista

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Suplemento del Manifiesto técnico de la literatura futurista
En el Supplemento al Manifesto tecnico della Letteratura futurista (Suplemento del Manifiesto técnico de la literatura futurista), Filippo Tommaso Marinetti pasó de exponer los principios teóricos a proponer una poética de las parole in libertà (palabras en libertad), un nuevo género poético, despojado de los requisitos habituales de los versos convencionales y las reglas gramaticales. Pertenece a una colección de documentos futuristas que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Padua. El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.

La pintura futurista en Bélgica

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La pintura futurista en Bélgica
Esta versión bilingüe de La Peinture futuriste en Belgique / La Pittura futurista nel Belgio (La pintura futurista en Bélgica), del crítico belga Ray Nyst, apareció por primera vez en la revista La Belgique artistique et littéraire (La Bélgica artística y literaria). Allí, Nyst hace una valoración positiva del estilo futurista, aunque con algunas reservas. El texto pertenece a una colección de documentos futuristas que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Padua. El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.

El futurismo y la filosofía

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El futurismo y la filosofía
Esta versión bilingüe de Le Futurisme et la Philosophie / Il Futurismo e la Filosofia (El futurismo y la filosofía) se publicó por primera vez en julio de 1912 en la revista La Belgique artistique et littéraire (La Bélgica artística y literaria). En el artículo, el crítico belga Auguste Joly exploraba el futurismo en relación con las ideas de Henri Bergson (1859-1941), el famoso filósofo francés. Pertenece a una colección de documentos futuristas que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Padua. El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.

La antitradición futurista. Manifiesto = Síntesis

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La antitradición futurista. Manifiesto = Síntesis
Si bien no fue futurista, Guillaume Apollinaire estuvo ligado brevemente al movimiento, en gran parte, gracias a que el inusual diseño gráfico de sus poemas reflejaba la idea de las palabras en libertad y parecía liberar el lenguaje, conforme a lo abogado por el futurismo. Su colaboración con los futuristas terminó por malentendidos personales. Apollinaire combatió en la Primera Guerra Mundial y resultó herido en 1916. Nunca se recuperó por completo y falleció a causa de una gripe dos días antes del Armisticio de noviembre de 1918. Este texto pertenece a una colección de documentos futuristas que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Padua. El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.

La imaginación sin ataduras y las palabras en libertad. Manifiesto futurista

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La imaginación sin ataduras y las palabras en libertad. Manifiesto futurista
En este artículo publicado el 11 de mayo de 1913, L'immaginazione senza fili e le parole in libertà. Manifesto futurista (La imaginación sin ataduras y las palabras en libertad. Manifiesto futurista), Filippo Tommaso Marinetti amplió su manifiesto futurista original. Marinetti describe el efecto en los seres humanos de los grandes descubrimientos científicos y tecnológicos, tales como los sistemas modernos de transporte y la imprenta. Considera que el verso libre es anticuado y proclama que las palabras necesitan desprenderse de la sintaxis y de la estructura gramatical: parole in libertà o «palabras en libertad». El texto pertenece a una colección de documentos futuristas que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Padua. El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.

El arte de los ruidos. Manifiesto futurista

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El arte de los ruidos. Manifiesto futurista
Escrita el 11 de marzo de 1913, L'arte dei rumori (El arte de los ruidos) es una carta de Luigi Russolo, artista y fabricante de instrumentos, para el músico Francesco Balilla Pratella. Russolo se concentró en los ruidos como elemento básico de la poética musical futurista e inventó nuevos instrumentos llamados intonarumori (sintonizadores de ruido o instrumentos generadores de ruido). Aseguraba que había que «romper el limitado círculo de sonidos puros y conquistar la variedad infinita de ‘ruidos-sonidos’». El texto pertenece a una colección de documentos futuristas que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Padua. El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.

Contra Roma y contra Benedetto Croce. Discurso de Giovanni Papini durante el encuentro futurista en el teatro Costanzi el 21 de febrero de 1913

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Contra Roma y contra Benedetto Croce. Discurso de Giovanni Papini durante el encuentro futurista en el teatro Costanzi el 21 de febrero de 1913
Este texto de un discurso pronunciado en el teatro Costanzi de Roma data de los comienzos de la revista literaria Lacerba, publicada por el poeta y periodista Giovanni Papini. Marcó la breve adhesión de Papini al futurismo, antes de su alejamiento del movimiento y de su fundador. Benedetto Croce fue un crítico literario y filósofo moral conservador que desdeñaba a los futuristas. El texto pertenece a una colección de documentos futuristas que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Padua. El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.

Manifiesto de los pintores futuristas

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Manifiesto de los pintores futuristas
El Manifesto dei Pittori futuristi (Manifiesto de los pintores futuristas), publicado en 1910, es considerado el documento fundacional oficial de la pintura futurista. Quienes suscribían a él aceptaban el programa propuesto el año anterior en Fondazione e manifesto del futurismo (Fundación y manifiesto del futurismo). El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.

Fundación y manifiesto del futurismo

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Fundación y manifiesto del futurismo
Fondazione e manifesto del futurismo (Fundación y manifiesto del futurismo) es el manifiesto fundacional del movimiento futurista, que se publicó por primera vez el 20 de febrero de 1909 en el periódico parisino Le Figaro. Aquí se presenta una reimpresión italiana de 1909, que forma parte de una colección de documentos futuristas que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Padua. El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.

Los explotadores del futurismo

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Los explotadores del futurismo
El futurista italiano Filippo Tommaso Marinetti consideraba que Mondo Baldoria (Mundo de juerga), la película de Aldo Molinari de 1914, era un intento ilícito de expresar el espíritu del futurismo. En el artículo que aquí se presenta, Marinetti acusa a la película de ser un acto de explotación. También creía que Il controdolore (El antídoto contra el dolor), largometraje de Aldo Palazzeschi, se inspiraba, sin autorización, en el futurismo. La segunda página de esta exposición, que no tiene relación alguna con el artículo de Marinetti, contiene una nota de un tal profesor Sottile sobre las obras futuristas que este donó a una biblioteca de Bolonia. Ambos documentos pertenecen a una colección de documentos futuristas que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Padua. El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.

Marinetti en Rusia

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Marinetti en Rusia
En este recorte de prensa del Piccolo de Trieste, se informa con entusiasmo sobre una serie de conferencias que el futurista Filippo Tommaso Marinetti dio en Moscú y en San Petersburgo en 1914. Si bien había similitudes y puntos en común entre los futuristas italianos y rusos, los dos movimientos se diferenciaron rápidamente. El futurismo ruso era más flexible y estaba más arraigado en la tradición que su contraparte italiana. El recorte pertenece a una colección de documentos futuristas que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Padua. El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.

Programa político futurista

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Programa político futurista
Escrito en 1913 antes de las primeras elecciones en Italia con pleno sufragio masculino, el artículo que aquí se presenta promueve las ideas que defendían los futuristas: el anticlericalismo, el antisocialismo, el irredentismo y la supremacía de Italia. Se expresa a favor del progreso, la velocidad y el heroísmo, y en contra de los museos, las academias y la injerencia del Gobierno en las artes. El texto pertenece a una colección de documentos futuristas que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Padua. El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.

El esplendor geométrico y mecánico, y la sensibilidad numérica. Manifiesto futurista

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El esplendor geométrico y mecánico, y la sensibilidad numérica. Manifiesto futurista
Lo splendore geometrico e meccanico e la sensibilità numerica (El esplendor geométrico y mecánico, y la sensibilidad numérica) es un manifiesto publicado en 1914 por Filippo Tommaso Marinetti. En él, se explaya sobre las características de la escritura futurista y, en especial, sobre el poder expresivo de las parole in libertà (palabras en libertad). Además, sugiere mecanismos para aumentar el lirismo en la escritura. El texto pertenece a una colección de documentos futuristas que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Padua. El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.

La pintura de los sonidos, los ruidos y los olores. Manifiesto futurista

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La pintura de los sonidos, los ruidos y los olores. Manifiesto futurista
Según Carlo Carrà, la pintura futurista moderna debía ampliar sus horizontes para ahondar en la expresión de las percepciones auditivas y olfativas, creando paralelismos entre formas, colores, sonidos y olores. En este manifiesto, primero, argumentaba que, sin lugar a dudas, el silencio era estático, y los sonidos, ruidos y olores, dinámicos. Segundo, afirmaba que los sonidos, los ruidos y los olores no eran sino diferentes formas e intensidades de vibración. Tercero, añadía que toda sucesión de sonidos, ruidos y olores imprimían en la mente un arabesco de formas y colores. El texto pertenece a una colección de documentos futuristas que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Padua. El futurismo fue un movimiento artístico efímero fundado en 1909 por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Su objetivo era dejar atrás el arte del pasado e inaugurar una etapa que le diera las espaldas a la tradición y celebrara el cambio, la originalidad y la innovación en la cultura y en la sociedad. El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento. Entre los futuristas más destacados se encuentran el pintor y escultor Umberto Boccioni (1882-1916), los pintores Carlo Carrà (1881-1966), Giacomo Balla (1871-1958) y Gino Severini (1883-1966), el pintor y compositor Luigi Russolo (1885-1947) y el arquitecto Antonio Sant’Elia (1888-1916). Varios futuristas, como Boccioni y Sant’Elia, murieron durante la Primera Guerra Mundial.
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