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El Kalevala

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El Kalevala
Kalewalataikka Wanhoja Karjalan Runoja Suomen kansan muinosista ajoista (El Kalevala, o antiguos poemas carelios de los primeros días del pueblo finlandés), más conocido como el Kalevala, es la epopeya nacional de Finlandia. La obra fue compilada por Elias Lönnrot, quien recolectó poemas folclóricos finlandeses y carelianos de la tradición oral para crear el llamado «antiguo Kalevala», que consta de 32 poemas en unos 12 100 versos. Lönnrot combinó y organizó los a veces contradictorios estilos de canciones y poemas de los rapsodas en una obra unificada de mayor extensión. El tema central de la epopeya es Finlandia, a la que poéticamente se llama Kalevala, «tierra de héroes». La obra describe las hazañas de los «hijos de Kaleva», una serie de personajes míticos con poderes mágicos. Lönnrot se graduó de médico en la Universidad de Helsinki en 1832 y, un año más tarde, fue designado jefe de sanidad del distrito de Kajaani, en una remota zona en el este de Finlandia, cerca de la Carelia rusa, donde pasó 20 años. En este período, viajó para estudiar a los samis, a los estonios y a las tribus finlandesas del noroeste de Rusia, y llegó a la conclusión de que los poemas breves que recogía eran fragmentos de una epopeya mayor, de la cual no existe ninguna versión completa. Más tarde, Lönnrot fue profesor de lengua y literatura finlandesa en la Universidad de Helsinki (1853-1862). Publicó su obra en dos ediciones: una de 32 cantares en 1835 y una ampliada de 50 cantares en 1849. Aquí se exhibe la edición de 1835. El Kalevala y la obra de Lönnrot constituyen factores significativos del nacimiento del idioma finlandés y de la identidad nacional de Finlandia.

Diario del navío de bandera estadounidense «Ossipee». Traspaso de Alaska de Rusia a los Estados Unidos

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Diario del navío de bandera estadounidense «Ossipee». Traspaso de Alaska de Rusia a los Estados Unidos
El Ossipee fue un buque de la Marina de los Estados Unidos, construido en el astillero de Portsmouth, en Portsmouth, Nuevo Hampshire, que zarpó el 16 de noviembre de 1861 y fue comisionado el 6 de noviembre de 1862. Fue desmantelado en julio de 1865, tras haber prestado servicio para las fuerzas de la Unión durante la guerra civil estadounidense. En octubre de 1866, el buque fue puesto nuevamente en servicio al mando del capitán George F. Emmons. Ese mismo mes zarpó de Filadelfia en dirección al Atlántico. Aquí se presenta el diario de abordo del navío correspondiente al período comprendido entre el 27 de octubre de 1866 y el 31 de diciembre de 1867. Contiene entradas diarias, órdenes, informes, listas de enrolados, mapas y artículos periodísticos relacionados con el viaje, y los lugares visitados. El Ossipee partió de la costa este de los Estados Unidos, se dirigió a las islas Canarias y Cabo Verde, luego viajó hasta Río de Janeiro, Brasil, y, desde allí, zarpó hacia el sur para cruzar finalmente el estrecho de Magallanes. Tras ello, avanzó hacia el norte por la costa occidental de Chile hacia Valparaíso, navegó hasta Callao, Perú, y continuó hasta San Francisco. Allí, en septiembre de 1867, recogió a los comisionados rusos que debían estar presentes en la ceremonia del 18 de octubre de 1867, en la que Alaska fue formalmente transferida a los Estados Unidos. El Ossipee zarpó de San Francisco el 27 de septiembre de 1867 con destino a Vancouver y a Sitka. Luego, el barco continuó en servicio en las aguas de Alaska. Las páginas del diario están numeradas. En la 147 y 148, se describe la ceremonia de transferencia en Sitka. El diario ofrece varias perspectivas sobre la vida a bordo de un buque de guerra a mediados del siglo XIX. El listado de la tripulación que se encuentra al comienzo del diario se destaca por la gran cantidad de deserciones y medidas disciplinarias que se registran. El volumen incluye fotografías de Emmons y del Ossipee, y varios apéndices: entre ellos, hay uno que contiene las órdenes que el secretario de la Marina, Gideon Welles, le dio al contraalmirante H. K. Thatcher sobre el transporte de comisionados estadounidenses y rusos a Sitka. En otro apéndice, se encuentra el informe que uno de los oficiales presentó ante Emmons sobre las heridas sufridas por los miembros de la tripulación en el vendaval de Sitka el 27 de octubre de 1867.

Álbum de fotografías de la Segunda Guerra Mundial, de James A. Yost, circa 1943-1944

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Álbum de fotografías de la Segunda Guerra Mundial, de James A. Yost, circa 1943-1944
En junio de 1942, seis meses después del ataque japonés a la base naval de los Estados Unidos en Pearl Harbor, Hawái, las fuerzas niponas ocuparon las islas Attu y Kiska, en las islas Aleutianas, Alaska. Este fue el único territorio en Norteamérica que los Estados Unidos perdieron a manos de Japón en la Segunda Guerra Mundial. Los aviones navales japoneses también bombardearon la base estadounidense en Dutch Harbor, en la isla Amaknak, donde mataron a 25 soldados. Las tropas de los Estados Unidos recuperaron Attu en mayo de 1943, y una fuerza conjunta de soldados estadounidenses y canadienses recuperó Kiska tres meses más tarde. Aquí se presenta un álbum compilado por James A. Yost, que prestó servicio en la Marina de los EE. UU. en Attu entre 1943 y 1944. El álbum de 23 páginas consta de 105 fotografías en blanco y negro de escenas de la isla Attu, como remolcadores, buques de carga, buques de vapor y muelles; los cementerios de Holtz Bay y Little Falls, donde fueron enterrados los restos de las tropas estadounidenses durante la campaña; lápidas de soldados japoneses caídos; carteles explicativos en los sitios clave donde se produjeron los enfrentamientos para recuperar la isla, y tres impresiones grandes, de baja calidad, del avión de bandera japonesa «Zero de Akutan» caído, además de varias imágenes del bombardeo a Dutch Harbor. El álbum se conserva en los Archivos y Colecciones Especiales de la Biblioteca Consortium, de la Universidad de Alaska Anchorage, y fue digitalizado en esa misma institución a principios de la década de 2000 como parte del proyecto «Encuentro de Fronteras» de la biblioteca digital.

Tarifa general de precios de medicinas

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Tarifa general de precios de medicinas
La obra que aquí se presenta, Tarifa general de precios de medicinas, data de 1723. Producida por el primer impresor de Cuba —Carlos Habré, un flamenco de Gante—, durante mucho tiempo fue considerada el documento impreso más antiguo del país. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que la precedió una Novena de Habré de 1722.Esta copia de la singular edición de la Tarifa impresa por Habré es el único ejemplar conocido en existencia. Fue escrita por Francisco Tenesa (también conocido como Francisco Teneza y García, 1666-1742), doctor en derecho civil y destacado médico de la Universidad de Orihuela, Valencia. En 1695, viajó de España a Cuba como médico de una flota. Tenesa fundó el Real Tribunal del Protomedicato de La Habana, cuerpo técnico encargado de regular el ejercicio de las profesiones sanitarias y otros aspectos de la salud pública, así como de ejercer una función docente y regular la formación de profesionales de la salud. El Real Tribunal del Protomedicato de La Habana existió entre 1711 y 1833. La Tarifa es una lista, ordenada alfabéticamente, de los medicamentos a la venta en Cuba en ese momento, cada uno de ellos acompañado de su correspondiente precio por dosis. La obra no está numerada por página ni folio, y se imprimió originalmente en hojas sueltas. Los caracteres utilizados para la impresión son irregulares —algunos más grandes que otros— y tienen una acentuación peculiar. Es notable la ausencia de la letra ñ y, en algunas páginas, el uso de la e en bastardilla. La portada del folleto ostenta un escudo de armas. La hoja siguiente está orlada y lleva el título Arancel o tarifa general, de precios de las medicinas simples y compuestas. En el reverso, se encuentra el mandato del protomédico Dr. Francisco Tenesa y, a continuación, la lista de medicamentos. Tiempo después, se encuadernó el volumen en cuero y se le agregó el título en dorado. La obra fue hallada por el doctor Manuel Pérez Beato a comienzos del siglo XX. Tarifa general de precios de medicinas se inscribió en el registro cubano del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO en marzo de 2016.

Un soldado y dos mujeres posan sobre un tanque

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Un soldado y dos mujeres posan sobre un tanque
Antes de la Primera Guerra Mundial, Philip Frank Lund, oriundo de Deep River, Connecticut, trabajó como carpintero en Hartford (Connecticut), Savannah (Georgia) y Palm Beach (Florida). Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se unió al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE. UU. para apoyar el esfuerzo bélico con sus conocimientos sobre construcción. Se alistó el 1 de octubre de 1917 y fue asignado a la Compañía A del sexto regimiento de ingenieros. En diciembre de ese año, tras recibir entrenamiento en Washington D. C., su unidad zarpó con rumbo a Francia. Allí pasó a formar parte de la tercera división del tercer cuerpo de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses. Lund alcanzó el rango de sargento de primera clase. En el país galo, se dedicó a construir hospitales, barracas y otras estructuras edilicias; tender alambrados; fabricar emplazamientos de ametralladoras, y excavar y reforzar trincheras. Después del armisticio del 11 de noviembre de 1918, Lund prestó servicio durante algún tiempo junto a las fuerzas de ocupación estadounidenses en Alemania. El sexto regimiento de ingenieros regresó a los Estados Unidos en agosto de 1919 a bordo del Manchuria. La imagen que se muestra aquí pertenece a un álbum de 100 fotografías que Lund compiló durante su servicio militar. El álbum es parte de la Colección Philip Frank Lund del Proyecto de Historia de Veteranos del Centro Americano de Tradición Popular de la Biblioteca del Congreso, que recopila, conserva y pone a disposición los relatos personales de los veteranos de guerra estadounidenses.

Ed Lamay, Cuerpo de Tanques de los EE. UU.

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Ed Lamay, Cuerpo de Tanques de los EE. UU.
Antes de la Primera Guerra Mundial, Philip Frank Lund, oriundo de Deep River, Connecticut, trabajó como carpintero en Hartford (Connecticut), Savannah (Georgia) y Palm Beach (Florida). Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se unió al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE. UU. para apoyar el esfuerzo bélico con sus conocimientos sobre construcción. Se alistó el 1 de octubre de 1917 y fue asignado a la Compañía A del sexto regimiento de ingenieros. En diciembre de ese año, tras recibir entrenamiento en Washington D. C., su unidad zarpó con rumbo a Francia. Allí pasó a formar parte de la tercera división del tercer cuerpo de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses. Lund alcanzó el rango de sargento de primera clase. En el país galo, se dedicó a construir hospitales, barracas y otras estructuras edilicias; tender alambrados; fabricar emplazamientos de ametralladoras, y excavar y reforzar trincheras. Después del armisticio del 11 de noviembre de 1918, Lund prestó servicio durante algún tiempo junto a las fuerzas de ocupación estadounidenses en Alemania. El sexto regimiento de ingenieros regresó a los Estados Unidos en agosto de 1919 a bordo del Manchuria. La imagen que se muestra aquí pertenece a un álbum de 100 fotografías que Lund compiló durante su servicio militar. El álbum es parte de la Colección Philip Frank Lund del Proyecto de Historia de Veteranos del Centro Americano de Tradición Popular de la Biblioteca del Congreso, que recopila, conserva y pone a disposición los relatos personales de los veteranos de guerra estadounidenses.

Fotografía de varios soldados de pie junto a un tanque

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Fotografía de varios soldados de pie junto a un tanque
Antes de la Primera Guerra Mundial, Philip Frank Lund, oriundo de Deep River, Connecticut, trabajó como carpintero en Hartford (Connecticut), Savannah (Georgia) y Palm Beach (Florida). Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se unió al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE. UU. para apoyar el esfuerzo bélico con sus conocimientos sobre construcción. Se alistó el 1 de octubre de 1917 y fue asignado a la Compañía A del sexto regimiento de ingenieros. En diciembre de ese año, tras recibir entrenamiento en Washington D. C., su unidad zarpó con rumbo a Francia. Allí pasó a formar parte de la tercera división del tercer cuerpo de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses. Lund alcanzó el rango de sargento de primera clase. En el país galo, se dedicó a construir hospitales, barracas y otras estructuras edilicias; tender alambrados; fabricar emplazamientos de ametralladoras, y excavar y reforzar trincheras. Después del armisticio del 11 de noviembre de 1918, Lund prestó servicio durante algún tiempo junto a las fuerzas de ocupación estadounidenses en Alemania. El sexto regimiento de ingenieros regresó a los Estados Unidos en agosto de 1919 a bordo del Manchuria. La imagen que se muestra aquí pertenece a un álbum de 100 fotografías que Lund compiló durante su servicio militar. El álbum es parte de la Colección Philip Frank Lund del Proyecto de Historia de Veteranos del Centro Americano de Tradición Popular de la Biblioteca del Congreso, que recopila, conserva y pone a disposición los relatos personales de los veteranos de guerra estadounidenses.

Fotografía de un soldado en el interior de un tanque

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Fotografía de un soldado en el interior de un tanque
Antes de la Primera Guerra Mundial, Philip Frank Lund, oriundo de Deep River, Connecticut, trabajó como carpintero en Hartford (Connecticut), Savannah (Georgia) y Palm Beach (Florida). Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se unió al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE. UU. para apoyar el esfuerzo bélico con sus conocimientos sobre construcción. Se alistó el 1 de octubre de 1917 y fue asignado a la Compañía A del sexto regimiento de ingenieros. En diciembre de ese año, tras recibir entrenamiento en Washington D. C., su unidad zarpó con rumbo a Francia. Allí pasó a formar parte de la tercera división del tercer cuerpo de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses. Lund alcanzó el rango de sargento de primera clase. En el país galo, se dedicó a construir hospitales, barracas y otras estructuras edilicias; tender alambrados; fabricar emplazamientos de ametralladoras, y excavar y reforzar trincheras. Después del armisticio del 11 de noviembre de 1918, Lund prestó servicio durante algún tiempo junto a las fuerzas de ocupación estadounidenses en Alemania. El sexto regimiento de ingenieros regresó a los Estados Unidos en agosto de 1919 a bordo del Manchuria. La imagen que se muestra aquí pertenece a un álbum de 100 fotografías que Lund compiló durante su servicio militar. El álbum es parte de la Colección Philip Frank Lund del Proyecto de Historia de Veteranos del Centro Americano de Tradición Popular de la Biblioteca del Congreso, que recopila, conserva y pone a disposición los relatos personales de los veteranos de guerra estadounidenses.

Fotografía de un tanque frente a la entrada de un cobertizo

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Fotografía de un tanque frente a la entrada de un cobertizo
Antes de la Primera Guerra Mundial, Philip Frank Lund, oriundo de Deep River, Connecticut, trabajó como carpintero en Hartford (Connecticut), Savannah (Georgia) y Palm Beach (Florida). Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se unió al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE. UU. para apoyar el esfuerzo bélico con sus conocimientos sobre construcción. Se alistó el 1 de octubre de 1917 y fue asignado a la Compañía A del sexto regimiento de ingenieros. En diciembre de ese año, tras recibir entrenamiento en Washington D. C., su unidad zarpó con rumbo a Francia. Allí pasó a formar parte de la tercera división del tercer cuerpo de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses. Lund alcanzó el rango de sargento de primera clase. En el país galo, se dedicó a construir hospitales, barracas y otras estructuras edilicias; tender alambrados; fabricar emplazamientos de ametralladoras, y excavar y reforzar trincheras. Después del armisticio del 11 de noviembre de 1918, Lund prestó servicio durante algún tiempo junto a las fuerzas de ocupación estadounidenses en Alemania. El sexto regimiento de ingenieros regresó a los Estados Unidos en agosto de 1919 a bordo del Manchuria. La imagen que se muestra aquí pertenece a un álbum de 100 fotografías que Lund compiló durante su servicio militar. El álbum es parte de la Colección Philip Frank Lund del Proyecto de Historia de Veteranos del Centro Americano de Tradición Popular de la Biblioteca del Congreso, que recopila, conserva y pone a disposición los relatos personales de los veteranos de guerra estadounidenses.

Imagen del interior de la barraca, conocida como el Club de Alistados, que deja apreciar lo bien que está amoblada

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Imagen del interior de la barraca, conocida como el Club de Alistados, que deja apreciar lo bien que está amoblada
Antes de la Primera Guerra Mundial, Philip Frank Lund, oriundo de Deep River, Connecticut, trabajó como carpintero en Hartford (Connecticut), Savannah (Georgia) y Palm Beach (Florida). Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se unió al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE. UU. para apoyar el esfuerzo bélico con sus conocimientos sobre construcción. Se alistó el 1 de octubre de 1917 y fue asignado a la Compañía A del sexto regimiento de ingenieros. En diciembre de ese año, tras recibir entrenamiento en Washington D. C., su unidad zarpó con rumbo a Francia. Allí pasó a formar parte de la tercera división del tercer cuerpo de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses. Lund alcanzó el rango de sargento de primera clase. En el país galo, se dedicó a construir hospitales, barracas y otras estructuras edilicias; tender alambrados; fabricar emplazamientos de ametralladoras, y excavar y reforzar trincheras. Después del armisticio del 11 de noviembre de 1918, Lund prestó servicio durante algún tiempo junto a las fuerzas de ocupación estadounidenses en Alemania. El sexto regimiento de ingenieros regresó a los Estados Unidos en agosto de 1919 a bordo del Manchuria. La imagen que se muestra aquí pertenece a un álbum de 100 fotografías que Lund compiló durante su servicio militar. El álbum es parte de la Colección Philip Frank Lund del Proyecto de Historia de Veteranos del Centro Americano de Tradición Popular de la Biblioteca del Congreso, que recopila, conserva y pone a disposición los relatos personales de los veteranos de guerra estadounidenses.

Bote de la patrulla marina en el Rin

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Bote de la patrulla marina en el Rin
Antes de la Primera Guerra Mundial, Philip Frank Lund, oriundo de Deep River, Connecticut, trabajó como carpintero en Hartford (Connecticut), Savannah (Georgia) y Palm Beach (Florida). Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se unió al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE. UU. para apoyar el esfuerzo bélico con sus conocimientos sobre construcción. Se alistó el 1 de octubre de 1917 y fue asignado a la Compañía A del sexto regimiento de ingenieros. En diciembre de ese año, tras recibir entrenamiento en Washington D. C., su unidad zarpó con rumbo a Francia. Allí pasó a formar parte de la tercera división del tercer cuerpo de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses. Lund alcanzó el rango de sargento de primera clase. En el país galo, se dedicó a construir hospitales, barracas y otras estructuras edilicias; tender alambrados; fabricar emplazamientos de ametralladoras, y excavar y reforzar trincheras. Después del armisticio del 11 de noviembre de 1918, Lund prestó servicio durante algún tiempo junto a las fuerzas de ocupación estadounidenses en Alemania. El sexto regimiento de ingenieros regresó a los Estados Unidos en agosto de 1919 a bordo del Manchuria. La imagen que se muestra aquí pertenece a un álbum de 100 fotografías que Lund compiló durante su servicio militar. El álbum es parte de la Colección Philip Frank Lund del Proyecto de Historia de Veteranos del Centro Americano de Tradición Popular de la Biblioteca del Congreso, que recopila, conserva y pone a disposición los relatos personales de los veteranos de guerra estadounidenses.

Tumba de la enfermera británica Edith Cavell. Acusada de espionaje, fue fusilada por los alemanes en Bruselas, Bélgica, en 1917

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Tumba de la enfermera británica Edith Cavell. Acusada de espionaje, fue fusilada por los alemanes en Bruselas, Bélgica, en 1917
Antes de la Primera Guerra Mundial, Philip Frank Lund, oriundo de Deep River, Connecticut, trabajó como carpintero en Hartford (Connecticut), Savannah (Georgia) y Palm Beach (Florida). Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se unió al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE. UU. para apoyar el esfuerzo bélico con sus conocimientos sobre construcción. Se alistó el 1 de octubre de 1917 y fue asignado a la Compañía A del sexto regimiento de ingenieros. En diciembre de ese año, tras recibir entrenamiento en Washington D. C., su unidad zarpó con rumbo a Francia. Allí pasó a formar parte de la tercera división del tercer cuerpo de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses. Lund alcanzó el rango de sargento de primera clase. En el país galo, se dedicó a construir hospitales, barracas y otras estructuras edilicias; tender alambrados; fabricar emplazamientos de ametralladoras, y excavar y reforzar trincheras. Después del armisticio del 11 de noviembre de 1918, Lund prestó servicio durante algún tiempo junto a las fuerzas de ocupación estadounidenses en Alemania. El sexto regimiento de ingenieros regresó a los Estados Unidos en agosto de 1919 a bordo del Manchuria. La imagen que se muestra aquí pertenece a un álbum de 100 fotografías que Lund compiló durante su servicio militar. El álbum es parte de la Colección Philip Frank Lund del Proyecto de Historia de Veteranos del Centro Americano de Tradición Popular de la Biblioteca del Congreso, que recopila, conserva y pone a disposición los relatos personales de los veteranos de guerra estadounidenses.

Desfile de la victoria en París

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Desfile de la victoria en París
Antes de la Primera Guerra Mundial, Philip Frank Lund, oriundo de Deep River, Connecticut, trabajó como carpintero en Hartford (Connecticut), Savannah (Georgia) y Palm Beach (Florida). Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se unió al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE. UU. para apoyar el esfuerzo bélico con sus conocimientos sobre construcción. Se alistó el 1 de octubre de 1917 y fue asignado a la Compañía A del sexto regimiento de ingenieros. En diciembre de ese año, tras recibir entrenamiento en Washington D. C., su unidad zarpó con rumbo a Francia. Allí pasó a formar parte de la tercera división del tercer cuerpo de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses. Lund alcanzó el rango de sargento de primera clase. En el país galo, se dedicó a construir hospitales, barracas y otras estructuras edilicias; tender alambrados; fabricar emplazamientos de ametralladoras, y excavar y reforzar trincheras. Después del armisticio del 11 de noviembre de 1918, Lund prestó servicio durante algún tiempo junto a las fuerzas de ocupación estadounidenses en Alemania. El sexto regimiento de ingenieros regresó a los Estados Unidos en agosto de 1919 a bordo del Manchuria. La imagen que se muestra aquí pertenece a un álbum de 100 fotografías que Lund compiló durante su servicio militar. El álbum es parte de la Colección Philip Frank Lund del Proyecto de Historia de Veteranos del Centro Americano de Tradición Popular de la Biblioteca del Congreso, que recopila, conserva y pone a disposición los relatos personales de los veteranos de guerra estadounidenses.

El sexto regimiento de ingenieros construye un puente sobre el Rin en Honningen con equipo de la escuela alemana de pontones

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El sexto regimiento de ingenieros construye un puente sobre el Rin en Honningen con equipo de la escuela alemana de pontones
Antes de la Primera Guerra Mundial, Philip Frank Lund, oriundo de Deep River, Connecticut, trabajó como carpintero en Hartford (Connecticut), Savannah (Georgia) y Palm Beach (Florida). Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se unió al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE. UU. para apoyar el esfuerzo bélico con sus conocimientos sobre construcción. Se alistó el 1 de octubre de 1917 y fue asignado a la Compañía A del sexto regimiento de ingenieros. En diciembre de ese año, tras recibir entrenamiento en Washington D. C., su unidad zarpó con rumbo a Francia. Allí pasó a formar parte de la tercera división del tercer cuerpo de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses. Lund alcanzó el rango de sargento de primera clase. En el país galo, se dedicó a construir hospitales, barracas y otras estructuras edilicias; tender alambrados; fabricar emplazamientos de ametralladoras, y excavar y reforzar trincheras. Después del armisticio del 11 de noviembre de 1918, Lund prestó servicio durante algún tiempo junto a las fuerzas de ocupación estadounidenses en Alemania. El sexto regimiento de ingenieros regresó a los Estados Unidos en agosto de 1919 a bordo del Manchuria. La imagen que se muestra aquí pertenece a un álbum de 100 fotografías que Lund compiló durante su servicio militar. El álbum es parte de la Colección Philip Frank Lund del Proyecto de Historia de Veteranos del Centro Americano de Tradición Popular de la Biblioteca del Congreso, que recopila, conserva y pone a disposición los relatos personales de los veteranos de guerra estadounidenses.

La banda del sexto regimiento de ingenieros aborda el «Manchuria» en Brest, de regreso a los Estados Unidos

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La banda del sexto regimiento de ingenieros aborda el «Manchuria» en Brest, de regreso a los Estados Unidos
Antes de la Primera Guerra Mundial, Philip Frank Lund, oriundo de Deep River, Connecticut, trabajó como carpintero en Hartford (Connecticut), Savannah (Georgia) y Palm Beach (Florida). Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se unió al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE. UU. para apoyar el esfuerzo bélico con sus conocimientos sobre construcción. Se alistó el 1 de octubre de 1917 y fue asignado a la Compañía A del sexto regimiento de ingenieros. En diciembre de ese año, tras recibir entrenamiento en Washington D. C., su unidad zarpó con rumbo a Francia. Allí pasó a formar parte de la tercera división del tercer cuerpo de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses. Lund alcanzó el rango de sargento de primera clase. En el país galo, se dedicó a construir hospitales, barracas y otras estructuras edilicias; tender alambrados; fabricar emplazamientos de ametralladoras, y excavar y reforzar trincheras. Después del armisticio del 11 de noviembre de 1918, Lund prestó servicio durante algún tiempo junto a las fuerzas de ocupación estadounidenses en Alemania. El sexto regimiento de ingenieros regresó a los Estados Unidos en agosto de 1919 a bordo del Manchuria. La imagen que se muestra aquí pertenece a un álbum de 100 fotografías que Lund compiló durante su servicio militar. El álbum es parte de la Colección Philip Frank Lund del Proyecto de Historia de Veteranos del Centro Americano de Tradición Popular de la Biblioteca del Congreso, que recopila, conserva y pone a disposición los relatos personales de los veteranos de guerra estadounidenses.

Breviario según la curia romana

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Breviario según la curia romana
Este manuscrito, Breviarium secundum Romanae Curiae (Breviario según la curia romana), con influencias de las escuelas flamenca y lombarda, es una de las obras más importantes y representativas del estilo de miniaturas producidas por la escuela de Ferrara en el período tardío. Con 11 folios decorados e iluminados de forma abundante y suntuosa, fue copiado entre 1502 y 1504 por Andrea delle Vieze (que también aparece escrito como dalla Vieze o Veze) y está ejecutado en letra gótica, a dos columnas, sobre un pergamino muy fino. Contiene 247 iniciales, típicas de la escuela de Ferrara: 31 en color y 171 con dorado a la hoja y tintas azul y verde. Las iluminaciones son obra de Matteo da Milano, Tommaso da Modena y Cesare delle Vieze (hijo de Andrea). El breviario fue encargado por Hércules I de Este, duque de Ferrara, Módena y Reggio (que gobernó entre 1471 y 1505). Las decoraciones se corresponden con el contenido del manuscrito, si bien el marco también muestra escudos de armas y emblemas que eran importantes para Hércules y reflejaban su programa político y religioso. Por la misma razón, tras la muerte de su padre, Alfonso I, el hijo de Hércules, quiso que su propio nombre apareciera en el breviario no solo como una nota de posesión, sino también como prueba de la gloria continua de su linaje. Alfonso hizo que superpusieran sus emblemas sobre los anteriores, que ahora se pueden observar en el verso de las hojas de pergamino. El códice permaneció en la Real Biblioteca Estense hasta 1859, cuando, con la llegada del Ejército piamontés, Francisco V de Este abandonó Módena y buscó refugio en Viena. Después de la caída del Imperio austro-húngaro en 1918, el último heredero de la familia Estense, Carlos I de Habsburgo, se llevó el códice consigo durante su exilio. En 1939, el breviario fue devuelto al Estado italiano y a la Real Biblioteca Estense.

Descripción de la esfera celeste y los planetas

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Descripción de la esfera celeste y los planetas
Spherae coelestis et planetarum descriptio (Descripción de la esfera celeste y los planetas) es el manuscrito astrológico más famoso del Renacimiento. Se compone de 15 miniaturas de los siete planetas con sus constelaciones y representaciones de su influencia en las actividades humanas a página completa. Las miniaturas están acompañadas por textos en rima, escritos en letra gótica, que funcionan como epígrafes. No resulta fácil reconocer al autor de las iluminaciones, pero los críticos señalan similitudes con la obra del artista milanés Cristoforo de Predis (1440-1486). El estilo del manuscrito y sus representaciones paisajísticas dejan claro que fue producido en un taller de la zona lombarda. Si bien las obras de referencia utilizadas no se han comprobado en su totalidad, sin dudas el iluminador tenía conocimiento del Tractatus de Sphaera (Tratado de la esfera), de Johannes de Sacrobosco (también conocido como John of Holywood, circa 1195-circa 1256), astrónomo y matemático de origen inglés. La presencia de los escudos de armas de las familias Sforza y Visconti sugiere que el manuscrito llegó a la Biblioteca Estense como parte de la dote de Ana Sforza (1476-1497) —hija de Galeazzo María, duque de Milán—, quien en 1491 contrajo matrimonio con Alfonso I de Este, duque de Ferrara, Módena y Reggio. La edición que aquí se presenta es un facsímil del original, realizado en Módena en 1995.

Tesoro mexicano

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Tesoro mexicano
Esta es una copia de Rerum medicarum Novae Hispaniae thesaurus, seu, Plantarum animalium mineralium Mexicanorum historia («Inventario de elementos de uso medicinal de Nueva España» o «Historia de las plantas, animales y minerales mexicanos»). La obra, usualmente llamada Tesoro Messicano (Tesoro mexicano), también es conocida como «Esemplare Cesiano» por las abundantes anotaciones manuscritas de Federico Cesi (1585-1630), naturalista italiano y fundador de la Academia Linciana en Roma. El Tesoro es una obra compleja: los acontecimientos que culminaron en su publicación en 1651 se remontan a 1570, cuando el rey Felipe II de España designó al médico de la corte, Francisco Hernández, como jefe de medicina de las Indias. Felipe le ordenó a Hernández que viajara a México para estudiar el medioambiente del Nuevo Mundo y, en particular, las aplicaciones medicinales de plantas aún desconocidas. Hernández regresó siete años después, pero su manuscrito, una enorme colección de nombres ininteligibles junto con dibujos que mostraban plantas y animales extraños, no estuvo a la altura de las expectativas del rey. Finalmente, Felipe le pidió a Leonardo Recchi que redactara un texto más acorde con su deseo original de tener una lista de plantas con sus usos medicinales. En 1610, el manuscrito de Recchi llegó a manos de Cesi, quien asumió la tarea de completar la obra y garantizar su impresión. Cesi les encargó el comentario y la exégesis a Johannes Faber, Fabio Colonna y Joannes Terentius, e hizo que Francesco Stelluti compilara los índices. El volumen lleva cuatro privilegios de impresión que datan del período que se extiende entre 1623 y 1627: Privilegium Summi Pontificis (del papa Urbano VIII), Privilegium Imperatoris (del emperador del Sacro Imperio Romano Fernando II), Privilegium Regis Galliae (del rey Luis XIII de Francia) y Privilegium Magni Ducis Etruriae (de Fernando II, duque de Toscana), además de una dedicatoria a Felipe IV fechada en 1650 y el imprimátur de 1651. La portada, grabada por Johann Friedrich Greuter, tiene la fecha incorrecta de 1649. El volumen impreso es el resultado de un conjunto bastante desordenado de partes que, tras haber sido impresas en diferentes momentos, fueron reunidas por Vitale Mascardi. Este utilizó el material a su disposición, incluidas las secciones que se imprimieron en vida de Cesi y algunas pocas piezas producidas después de su muerte. La primera parte del Tesoro consta de diez libros: el primero, Prolegomena (Prólogo), explica la metodología que Recchi siguió para procesar el texto de Hernández. Los libros dos a ocho contienen descripciones de plantas; el noveno describe animales, y el décimo se ocupa de los minerales. La segunda parte del Tesoro (páginas 465-840), realizada por Johannes Faber, es una descripción detallada de los animales de México. La tercera (páginas 841-899) contiene Annotationes et Additiones (Notas y apéndices), de Fabio Colonna. La obra termina con 20 cuadros de Cesi, identificados como Tabulae Phytosophicae (Cuadros botánicos). A pesar de que Cesi no concluyó la compilación de las Tabulae Phytosophicae, en la presente copia, estos cuadros aparecen terminados. Las anotaciones de Cesi consisten en breves referencias cruzadas debajo de los títulos y, muy a menudo, junto a las figuras de flores y plantas, y notas marginales complejas en el borde exterior de las páginas. Cesi utiliza estas notas para identificar los diversos tipos de plantas y, en algunos casos, para proponer nuevos nombres. La obra es un monumental compendio reunido durante varias décadas sobre la botánica, la zoología y la mineralogía del Nuevo Mundo en el siglo XVII, fruto del trabajo en equipo de científicos y viajeros.

Atlas portulano de Battista Agnese

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Atlas portulano de Battista Agnese
Este atlas portulano se atribuye a Battista Agnese (1514-1564), uno de los más destacados cartógrafos renacentistas italianos. De origen genovés, Agnese estuvo en actividad en Venecia desde 1536 hasta su muerte. Es probable que haya dirigido la imprenta donde se producían sus mapas. Hizo aproximadamente 100 atlas manuscritos, de los cuales se conservan más de 70, ya sea con su firma o atribuidos a su estudio. Más que para ser utilizados en el mar, sus atlas, considerados obras de arte por su gran calidad y belleza, son en su mayoría atlas portulanos o náuticos, impresos en vitela, creados para oficiales de alto rango o para adinerados mercaderes. El atlas que aquí se presenta contiene tablas de declinación, una esfera armilar y el zodíaco, así como mapas que muestran las costas este y oeste de América del Norte; el océano Atlántico y el oeste, desde Arabia hasta una supuesta costa oriental de América del Sur; la región que se extiende desde África hasta Asia Sudoriental, Europa Oriental, España y África del Norte; el Mediterráneo (en varios mapas); el mar Negro, y la región que rodea a las que hoy son Grecia y Turquía. Aquí aparecen elementos comunes de la mayoría de las obras de Agnese: un mapamundi ovalado con angelotes, o cabezas de viento, en nubes azules y doradas que representan los 12 puntos clásicos del viento, que evolucionaron hasta convertirse en los puntos cardinales modernos. Este manuscrito fue ejecutado para el cardenal Guido Ascanio Sforza di Santa Fiora (1518-1564), y su escudo de armas puede verse en el recto del folio 1. La encuadernación tiene una pequeña brújula cubierta por un disco de cristal incrustado en la primera hoja. La forma en que está representado el mundo conocido, como una proyección ovalada con paralelos equidistantes, pasó posteriormente a ser de uso común, sobre todo, gracias al cartógrafo, ingeniero y astrónomo piamontés Giacomo Gastaldi (circa 1500-circa 1565) y al cartógrafo flamenco Gerardus Mercator (1512-1594). El atlas perteneció a Víctor Manuel II, rey de Cerdeña de 1849 a 1861 y primer rey de la Italia unida desde 1861 hasta su muerte, en 1878.

Códice sobre el vuelo de los pájaros

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Códice sobre el vuelo de los pájaros
Además de haber creado obras maestras del arte renacentista, Leonardo da Vinci (1452-1519) tenía gran interés por la tecnología. Diseñó proyectos para varias invenciones, algunas de las cuales tenían potenciales usos militares, como una especie de tanque blindado y un traje para el buceo en aguas profundas. Entre los diversos temas de estudio que lo ocupaban, Leonardo da Vinci sentía especial fascinación por la posibilidad de inventar una máquina para volar. Escribió más de 35 000 palabras y elaboró unos 500 bocetos sobre máquinas voladoras (ideó tanto un planeador como un helicóptero), la naturaleza del aire y el vuelo de los pájaros. En el Codice sul volo degli uccelli (Códice sobre el vuelo de los pájaros), producido entre 1505 y 1506, Leonardo da Vinci esbozó una serie de observaciones y conceptos que fueron la base para la construcción, a principios del siglo XX, de un avión que logró levantar vuelo. El códice ilustra su extraordinario dominio de una amplia variedad de conocimientos, teorías e ideas en todo el espectro del arte y de la ciencia. Los dibujos en pluma y tinta reflejan su capacidad para analizar un extenso repertorio de temas: cómo funcionan los mecanismos, los principios de la fundición de metales, la gravedad, los efectos del viento y las corrientes en el vuelo, la función de las plumas, cómo el movimiento de las alas comprime el aire, la acción de la cola de un pájaro, entre otras cuestiones. El cuaderno que aquí se presenta también contiene bocetos arquitectónicos, algunos diagramas y diseños para máquinas. La mayor parte de las 37 páginas contiene detalladas notas y dibujos de Leonardo da Vinci sobre el vuelo de los pájaros, además de un análisis de cómo mantienen el equilibrio, se mueven, giran, descienden y ascienden durante el vuelo. El análisis se presenta en la escritura especular característica de Leonardo da Vinci: las letras aparecen invertidas y el texto está escrito de derecha a izquierda. Sobre las notas de Leonardo da Vinci, Giorgio Vasari escribió: «Quienes no estén entrenados en la lectura especular, solo podrán entenderlas si las leen utilizando un espejo». Los comienzos históricos modernos de este manuscrito son complicados. Cinco folios se retiraron del códice y se vendieron en Londres a mediados del siglo XIX. Los herederos de Giacomo Manzoni di Lugo compraron casi todo el códice en 1867 y se lo vendieron a Teodoro Sabachnikoff, erudito ruso del Renacimiento, que también llegó a poseer uno de los folios vendidos en Londres. En 1892, año en que adquirió el folio, Sabachnikoff publicó la primera edición impresa del códice: el folio 18 (comprado en Londres) aparecía añadido como apéndice, pero aún faltaban los cuatro folios que habían sido separados y vendidos a otros compradores. El 31 de diciembre de 1893, Sabachnikoff le ofreció la obra a la reina Margarita de Italia, quien la donó a la Biblioteca Real de Turín. El folio 17 fue añadido al códice en 1913. Enrico Fatio, coleccionista de Ginebra, compró los últimos tres folios (1, 2 y 10) y, varios años más tarde, se los obsequió al rey Víctor Manuel II, gracias a quien fueron agregados al resto de la obra. El códice se encuadernó en 1967. Permaneció almacenado en una caja fuerte y sin catalogar hasta febrero de 1970, cuando se le asignó la marca de clase Varia 95, que había pertenecido a un libro de horas iluminado, al que se clasificó como desaparecido durante una inspección en 1936. El Museo Nacional del Aire y del Espacio del Instituto Smithsoniano exhibió este códice en Washington D. C. en 2013.
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