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Mapas de Austria-Hungría

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Mapas de Austria-Hungría
En preparación para la conferencia de paz que tendría lugar después de la Primera Guerra Mundial, en la primavera de 1917, el Ministerio de Relaciones Exteriores británico creó un departamento especial responsable de proporcionar información de base para los representantes británicos en la conferencia. Mapas de Austria-Hungríaes el número 1 de una serie de estudios realizados por el departamento, de los cuales la mayor parte fue publicada tras la conclusión de la Conferencia de Paz de París que tuvo lugar en 1919. La obra contiene una colección de diez mapas desplegables. Ocho de los mapas pertenecen al Mapa general de Europa, compilado por la Real Sociedad Geográfica bajo la dirección de la Sección Geográfica del Estado Mayor e impreso en 1915 por el Servicio de Cartografía. Algunos mapas tienen correcciones que datan de finales de 1918. Los mapas muestran regiones en torno a ocho ciudades importantes del Imperio austro-húngaro o en zonas aledañas: Wien (Viena, Austria), Krakau (Cracovia, Polonia), Jitomir (Zhytómyr, Ucrania), Milano (Milán, Italia), Triest (Trieste, Italia), Buda Pest (Budapest, Hungría), Bucuresti (Bucarest, Rumanía) y Sofiya (Sofía, Bulgaria). Los otros dos mapas son del archipiélago de Curzola, frente a la costa de Dalmacia (hoy archipiélago de Korčula, Croacia), y uno de ellos está titulado «Hungría y Croacia-Eslavonia (croquis de las divisiones internas)». Los primeros ocho mapas muestran la orientación de la ciudad en cuestión respecto de otras grandes urbes del mundo; todos los mapas ofrecen la escala en millas y en kilómetros.

Diario de John J. Pershing. Volumen 5, 31 de julio de 1919 - 11 de julio de 1920

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Diario de John J. Pershing. Volumen 5, 31 de julio de 1919 - 11 de julio de 1920
El general John J. Pershing (1860-1948) fue un comandante de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses (AEF, por sus siglas en inglés) durante la Primera Guerra Mundial. Aquí se presentan cinco volúmenes de los diarios de Pershing, que abarcan su misión en Francia durante el conflicto bélico y sus actividades durante el período de posguerra, así como su regreso a los Estados Unidos. Poco después de que los Estados Unidos se habían sumado a la Gran Guerra en abril de 1917, el presidente Woodrow Wilson y el secretario de guerra Newton D. Baker eligieron como líder de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses a Pershing, un egresado de West Point que había combatido en la guerra hispano-estadounidense contra los insurgentes en las Filipinas y en la campaña contra el líder rebelde mexicano Pancho Villa. El 28 de mayo de ese año, Pershing y un grupo de unos 180 hombres partieron a Europa. Los diarios narran la llegada del general a Inglaterra, su encuentro con el rey Jorge V, su posterior arribo a Francia y sus gestos simbólicamente importantes, como la visita al sepulcro de Napoleón. También detallan las interacciones de Pershing con líderes políticos y militares aliados, y sus esfuerzos por construir un ejército estadounidense independiente y por poner a disposición algunas divisiones para que asistieran a los Ejércitos francés y británico, que, en la primavera y el verano de 1918, eran presa de dificultades. En ellos, Pershing también narra las actividades que emprendió durante la guerra y su punto de vista sobre la mayoría de los principales sucesos militares de los que participaron los Estados Unidos, como la batalla de Belleau Wood en junio de 1918, la batalla de Château-Thierry (18 de julio de 1918), el ataque que perpetró el Primer Ejército de los Estados Unidos contra las tropas salientes de Saint-Mihiel (12 de septiembre de 1918) y la ofensiva de Meuse-Argonne a manos del Primer Ejército, que comenzó el 26 de septiembre de 1918 y que contribuyó de forma contundente a la derrota final de Alemania. Pershing ofrece un relato particularmente interesante de la celebración del armisticio el 11 de noviembre, que le fue comunicado al día siguiente por el general Maxime Weygand —jefe del Estado Mayor del comandante supremo aliado, el mariscal Ferdinand Foch— junto con la súplica del representante de la Oficina de Asuntos Exteriores alemana para que los aliados enviaran alimentos a Alemania a fin de evitar la hambruna del pueblo alemán. Los últimos volúmenes abarcan la ocupación de una porción de Alemania por parte del Ejército de los Estados Unidos; el retorno de las fuerzas estadounidenses a su país y la liquidación de los activos militares estadounidenses en Europa; el regreso de Pershing desde Francia el 1 de septiembre de 1919; los festejos por la victoria en Nueva York y en otras ciudades; la posterior participación del autor en lo referente a la Ley de Defensa Nacional de 1920 y la creación de una fuerza reducida para tiempos de paz. Las entradas del diario están mecanografiadas.

Recorte de «The Transport Ace» del martes 2 de septiembre de 1919, extraído del diario de John J. Pershing

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Recorte de «The Transport Ace» del martes 2 de septiembre de 1919, extraído del diario de John J. Pershing
The Transport Ace,«impreso todos los días en el mar», según proclamaba el encabezado, era el periódico de a bordo del Leviathan, un navío de bandera estadounidense. Aquí se presenta la edición del 2 de septiembre de 1919, el día en que el buque zarpó del puerto en Brest, Francia, para trasladar de regreso a los Estados Unidos al general John J. Pershing, comandante de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses. Gran parte de la edición de dos páginas está dedicada a las ceremonias que tuvieron lugar el día previo a la partida, a las palabras de despedida pronunciadas por el general Ferdinand Foch —comandante de todas las fuerzas aliadas durante los últimos meses de la Primera Guerra Mundial— y a la respuesta de Pershing a ese discurso. El resto del periódico contiene algunas noticias, información sobre la tripulación de la nave y algunos artículos humorísticos. Como sucedía a diario, también se informa la posición del buque al mediodía del día de la publicación. Pershing llegó a Nueva York el 8 de septiembre, donde recibió una tumultuosa bienvenida que culminó el 10 de septiembre con un desfile militar, durante el que una división entera del Ejército marchó desde la calle 110 hasta Washington Square. El Leviathan comenzó su carrera como el Vaterland, un buque de pasajeros de la Hamburg America Line, de propiedad alemana. El buque se terminó de construir el 29 de abril de 1914 y fue confiscado en el puerto de Nueva York por la Junta de Navegación estadounidense y entregado a la Armada de los Estados Unidos a su ingreso en la Primera Guerra Mundial. El buque, rebautizado como el Leviathan por el presidente Woodrow Wilson, se utilizó durante toda la guerra para transportar soldados estadounidenses a Francia. En 19 viajes, el Leviathan trasladó a más de 100 000 soldados a Europa. En un viaje en particular, llevó a bordo a 14 416 hombres, la mayor cantidad de personas transportadas por un solo buque hasta aquel momento.

Diario de John J. Pershing. Volumen 4, 4 de abril de 1919 - 30 de julio de 1919

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Diario de John J. Pershing. Volumen 4, 4 de abril de 1919 - 30 de julio de 1919
El general John J. Pershing (1860-1948) fue un comandante de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses (AEF, por sus siglas en inglés) durante la Primera Guerra Mundial. Aquí se presentan cinco volúmenes de los diarios de Pershing, que abarcan su misión en Francia durante el conflicto bélico y sus actividades durante el período de posguerra, así como su regreso a los Estados Unidos. Poco después de que los Estados Unidos se habían sumado a la Gran Guerra en abril de 1917, el presidente Woodrow Wilson y el secretario de guerra Newton D. Baker eligieron como líder de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses a Pershing, un egresado de West Point que había combatido en la guerra hispano-estadounidense contra los insurgentes en las Filipinas y en la campaña contra el líder rebelde mexicano Pancho Villa. El 28 de mayo de ese año, Pershing y un grupo de unos 180 hombres partieron a Europa. Los diarios narran la llegada del general a Inglaterra, su encuentro con el rey Jorge V, su posterior arribo a Francia y sus gestos simbólicamente importantes, como la visita al sepulcro de Napoleón. También detallan las interacciones de Pershing con líderes políticos y militares aliados, y sus esfuerzos por construir un ejército estadounidense independiente y por poner a disposición algunas divisiones para que asistieran a los Ejércitos francés y británico, que, en la primavera y el verano de 1918, eran presa de dificultades. En ellos, Pershing también narra las actividades que emprendió durante la guerra y su punto de vista sobre la mayoría de los principales sucesos militares de los que participaron los Estados Unidos, como la batalla de Belleau Wood en junio de 1918, la batalla de Château-Thierry (18 de julio de 1918), el ataque que perpetró el Primer Ejército de los Estados Unidos contra las tropas salientes de Saint-Mihiel (12 de septiembre de 1918) y la ofensiva de Meuse-Argonne a manos del Primer Ejército, que comenzó el 26 de septiembre de 1918 y que contribuyó de forma contundente a la derrota final de Alemania. Pershing ofrece un relato particularmente interesante de la celebración del armisticio el 11 de noviembre, que le fue comunicado al día siguiente por el general Maxime Weygand —jefe del Estado Mayor del comandante supremo aliado, el mariscal Ferdinand Foch— junto con la súplica del representante de la Oficina de Asuntos Exteriores alemana para que los aliados enviaran alimentos a Alemania a fin de evitar la hambruna del pueblo alemán. Los últimos volúmenes abarcan la ocupación de una porción de Alemania por parte del Ejército de los Estados Unidos; el retorno de las fuerzas estadounidenses a su país y la liquidación de los activos militares estadounidenses en Europa; el regreso de Pershing desde Francia el 1 de septiembre de 1919; los festejos por la victoria en Nueva York y en otras ciudades; la posterior participación del autor en lo referente a la Ley de Defensa Nacional de 1920 y la creación de una fuerza reducida para tiempos de paz. Las entradas del diario están mecanografiadas.

Diario de John J. Pershing. Volumen 3, 28 de enero de 1919 - 3 de abril de 1919

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Diario de John J. Pershing. Volumen 3, 28 de enero de 1919 - 3 de abril de 1919
El general John J. Pershing (1860-1948) fue un comandante de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses (AEF, por sus siglas en inglés) durante la Primera Guerra Mundial. Aquí se presentan cinco volúmenes de los diarios de Pershing, que abarcan su misión en Francia durante el conflicto bélico y sus actividades durante el período de posguerra, así como su regreso a los Estados Unidos. Poco después de que los Estados Unidos se habían sumado a la Gran Guerra en abril de 1917, el presidente Woodrow Wilson y el secretario de guerra Newton D. Baker eligieron como líder de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses a Pershing, un egresado de West Point que había combatido en la guerra hispano-estadounidense contra los insurgentes en las Filipinas y en la campaña contra el líder rebelde mexicano Pancho Villa. El 28 de mayo de ese año, Pershing y un grupo de unos 180 hombres partieron a Europa. Los diarios narran la llegada del general a Inglaterra, su encuentro con el rey Jorge V, su posterior arribo a Francia y sus gestos simbólicamente importantes, como la visita al sepulcro de Napoleón. También detallan las interacciones de Pershing con líderes políticos y militares aliados, y sus esfuerzos por construir un ejército estadounidense independiente y por poner a disposición algunas divisiones para que asistieran a los Ejércitos francés y británico, que, en la primavera y el verano de 1918, eran presa de dificultades. En ellos, Pershing también narra las actividades que emprendió durante la guerra y su punto de vista sobre la mayoría de los principales sucesos militares de los que participaron los Estados Unidos, como la batalla de Belleau Wood en junio de 1918, la batalla de Château-Thierry (18 de julio de 1918), el ataque que perpetró el Primer Ejército de los Estados Unidos contra las tropas salientes de Saint-Mihiel (12 de septiembre de 1918) y la ofensiva de Meuse-Argonne a manos del Primer Ejército, que comenzó el 26 de septiembre de 1918 y que contribuyó de forma contundente a la derrota final de Alemania. Pershing ofrece un relato particularmente interesante de la celebración del armisticio el 11 de noviembre, que le fue comunicado al día siguiente por el general Maxime Weygand —jefe del Estado Mayor del comandante supremo aliado, el mariscal Ferdinand Foch— junto con la súplica del representante de la Oficina de Asuntos Exteriores alemana para que los aliados enviaran alimentos a Alemania a fin de evitar la hambruna del pueblo alemán. Los últimos volúmenes abarcan la ocupación de una porción de Alemania por parte del Ejército de los Estados Unidos; el retorno de las fuerzas estadounidenses a su país y la liquidación de los activos militares estadounidenses en Europa; el regreso de Pershing desde Francia el 1 de septiembre de 1919; los festejos por la victoria en Nueva York y en otras ciudades; la posterior participación del autor en lo referente a la Ley de Defensa Nacional de 1920 y la creación de una fuerza reducida para tiempos de paz. Las entradas del diario están mecanografiadas.

Diario de John J. Pershing. Volumen 2, 2 de septiembre de 1918 - 27 de enero de 1919

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Diario de John J. Pershing. Volumen 2, 2 de septiembre de 1918 - 27 de enero de 1919
El general John J. Pershing (1860-1948) fue un comandante de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses (AEF, por sus siglas en inglés) durante la Primera Guerra Mundial. Aquí se presentan cinco volúmenes de los diarios de Pershing, que abarcan su misión en Francia durante el conflicto bélico y sus actividades durante el período de posguerra, así como su regreso a los Estados Unidos. Poco después de que los Estados Unidos se habían sumado a la Gran Guerra en abril de 1917, el presidente Woodrow Wilson y el secretario de guerra Newton D. Baker eligieron como líder de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses a Pershing, un egresado de West Point que había combatido en la guerra hispano-estadounidense contra los insurgentes en las Filipinas y en la campaña contra el líder rebelde mexicano Pancho Villa. El 28 de mayo de ese año, Pershing y un grupo de unos 180 hombres partieron a Europa. Los diarios narran la llegada del general a Inglaterra, su encuentro con el rey Jorge V, su posterior arribo a Francia y sus gestos simbólicamente importantes, como la visita al sepulcro de Napoleón. También detallan las interacciones de Pershing con líderes políticos y militares aliados, y sus esfuerzos por construir un ejército estadounidense independiente y por poner a disposición algunas divisiones para que asistieran a los Ejércitos francés y británico, que, en la primavera y el verano de 1918, eran presa de dificultades. En ellos, Pershing también narra las actividades que emprendió durante la guerra y su punto de vista sobre la mayoría de los principales sucesos militares de los que participaron los Estados Unidos, como la batalla de Belleau Wood en junio de 1918, la batalla de Château-Thierry (18 de julio de 1918), el ataque que perpetró el Primer Ejército de los Estados Unidos contra las tropas salientes de Saint-Mihiel (12 de septiembre de 1918) y la ofensiva de Meuse-Argonne a manos del Primer Ejército, que comenzó el 26 de septiembre de 1918 y que contribuyó de forma contundente a la derrota final de Alemania. Pershing ofrece un relato particularmente interesante de la celebración del armisticio el 11 de noviembre, que le fue comunicado al día siguiente por el general Maxime Weygand —jefe del Estado Mayor del comandante supremo aliado, el mariscal Ferdinand Foch— junto con la súplica del representante de la Oficina de Asuntos Exteriores alemana para que los aliados enviaran alimentos a Alemania a fin de evitar la hambruna del pueblo alemán. Los últimos volúmenes abarcan la ocupación de una porción de Alemania por parte del Ejército de los Estados Unidos; el retorno de las fuerzas estadounidenses a su país y la liquidación de los activos militares estadounidenses en Europa; el regreso de Pershing desde Francia el 1 de septiembre de 1919; los festejos por la victoria en Nueva York y en otras ciudades; la posterior participación del autor en lo referente a la Ley de Defensa Nacional de 1920 y la creación de una fuerza reducida para tiempos de paz. Las entradas del diario están mecanografiadas.

Diario de John J. Pershing. Volumen 1, 7 de mayo de 1917 - 1 de septiembre de 1918

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Diario de John J. Pershing. Volumen 1, 7 de mayo de 1917 - 1 de septiembre de 1918
El general John J. Pershing (1860-1948) fue un comandante de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses (AEF, por sus siglas en inglés) durante la Primera Guerra Mundial. Aquí se presentan cinco volúmenes de los diarios de Pershing, que abarcan su misión en Francia durante el conflicto bélico y sus actividades durante el período de posguerra, así como su regreso a los Estados Unidos. Poco después de que los Estados Unidos se habían sumado a la Gran Guerra en abril de 1917, el presidente Woodrow Wilson y el secretario de guerra Newton D. Baker eligieron como líder de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses a Pershing, un egresado de West Point que había combatido en la guerra hispano-estadounidense contra los insurgentes en las Filipinas y en la campaña contra el líder rebelde mexicano Pancho Villa. El 28 de mayo de ese año, Pershing y un grupo de unos 180 hombres partieron a Europa. Los diarios narran la llegada del general a Inglaterra, su encuentro con el rey Jorge V, su posterior arribo a Francia y sus gestos simbólicamente importantes, como la visita al sepulcro de Napoleón. También detallan las interacciones de Pershing con líderes políticos y militares aliados, y sus esfuerzos por construir un ejército estadounidense independiente y por poner a disposición algunas divisiones para que asistieran a los Ejércitos francés y británico, que, en la primavera y el verano de 1918, eran presa de dificultades. En ellos, Pershing también narra las actividades que emprendió durante la guerra y su punto de vista sobre la mayoría de los principales sucesos militares de los que participaron los Estados Unidos, como la batalla de Belleau Wood en junio de 1918, la batalla de Château-Thierry (18 de julio de 1918), el ataque que perpetró el Primer Ejército de los Estados Unidos contra las tropas salientes de Saint-Mihiel (12 de septiembre de 1918) y la ofensiva de Meuse-Argonne a manos del Primer Ejército, que comenzó el 26 de septiembre de 1918 y que contribuyó de forma contundente a la derrota final de Alemania. Pershing ofrece un relato particularmente interesante de la celebración del armisticio el 11 de noviembre, que le fue comunicado al día siguiente por el general Maxime Weygand —jefe del Estado Mayor del comandante supremo aliado, el mariscal Ferdinand Foch— junto con la súplica del representante de la Oficina de Asuntos Exteriores alemana para que los aliados enviaran alimentos a Alemania a fin de evitar la hambruna del pueblo alemán. Los últimos volúmenes abarcan la ocupación de una porción de Alemania por parte del Ejército de los Estados Unidos; el retorno de las fuerzas estadounidenses a su país y la liquidación de los activos militares estadounidenses en Europa; el regreso de Pershing desde Francia el 1 de septiembre de 1919; los festejos por la victoria en Nueva York y en otras ciudades; la posterior participación del autor en lo referente a la Ley de Defensa Nacional de 1920 y la creación de una fuerza reducida para tiempos de paz. Las entradas del diario están mecanografiadas.

Ocio - Miseria, Trabajo - Riqueza

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Ocio - Miseria, Trabajo - Riqueza
Este cartel, publicado en Italia en 1920, en medio de la crisis económica nacional posterior a la Primera Guerra Mundial, explica la relación entre el costo de vida y la productividad de una nación. Presenta dos imágenes: en la parte superior, hay una balanza vacía y un trabajador que se aleja con actitud despreocupada; en la parte inferior, dos trabajadores musculosos cargan una balanza con bolsas en cuyas etiquetas aparecen las palabras «grano», «lana» y los nombres de otros productos. El lado superior izquierdo de la imagen muestra la devaluación de la lira italiana con respecto a tres monedas fuertes como el dólar estadounidense, la libra esterlina y el franco suizo. El lado inferior izquierdo ilustra el caso inverso, es decir, la solidez de la lira con respecto a esas monedas. El texto explica que «el costo de vida es alto porque la nación no produce. La escasez de productos debe ser compensada con la exportación... La nación debe comprender que solo el aumento en la producción impulsará la disminución del costo de vida...». El período entre 1919 y1920, conocido como el bienio rojo, se caracterizó por la agitación política y la turbulencia económica en Italia y estuvo marcado por el desempleo masivo, la escasez de alimentos y las huelgas generales iniciadas por los sindicatos socialistas y anarquistas. Este era el tipo de cartel del que se valían industriales y autoridades gubernamentales para presentar el argumento de que la prosperidad nacional dependía de una población trabajadora compuesta de obreros industriales y agrícolas. El período revolucionario en Italia fue seguido, en 1922, por la toma del poder a manos del dictador fascista Benito Mussolini, que prohibió las huelgas.

¡Ayúdenos a vencer!

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¡Ayúdenos a vencer!
La propaganda italiana más emblemática de la Primera Guerra Mundial fue creada por Achille Luciano Mauzan (1883-1952) para la campaña de préstamos de guerra del banco Credito Italiano. Al igual que la imagen en la que lord Kitchener señala al espectador y le dice «Tu país te necesita a TI», creada por el artista británico Alfred Leete, o la imagen en la que el Tío Sam exclama «Te quiero a ti para el Ejército de los EE. UU.», de James Montgomery Flagg, la de Mauzan presenta a un individuo —un simple soldado italiano— que apunta con el dedo a sus conciudadanos y los insta a contribuir al esfuerzo de guerra. La obra de Mauzan inspiró numerosas imitaciones, como este cartel del artista Anselmo Barchi. Creado para promocionar los préstamos de guerra que vendía la Banca Commerciale, el principal competidor del banco Credito Italiano, el cartel retrata a un soldado común que apunta al lector y lleva el título «Aiutateci a vincere!» (¡Ayúdanos a vencer!). Debajo del título están escritos los detalles del préstamo. A diferencia del trabajo de Mauzan, de cuidada confección, los críticos de la época concluyeron que el trabajo de Barchi fue un fracaso propagandístico. El soldado de Mauzan transmite calma y determinación, mientras que el de Barchi –desaliñado y con el cuello desabrochado–, transmite pánico y desesperación. En el período previo al conflicto y en el de posguerra, Barchi trabajó principalmente como pintor.

La paz rusa

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La paz rusa
Durante el último año de la Primera Guerra Mundial, las autoridades de Italia, entre otros países combatientes, estaban profundamente alarmadas por la Revolución bolchevique y la retirada de Rusia del conflicto. Les preocupaba que el sentimiento de derrota se extendiera a sus pueblos, hartos de la guerra, y provocara el debilitamiento del esfuerzo bélico. Las autoridades respondieron tanto con medidas represivas, con el objeto de contrarrestar la subversión «roja», como con propaganda que instaba al pueblo a luchar hasta la victoria. Este cartel, titulado La Pace Russa (La paz rusa), hace referencia al Tratado de Brest-Litovsk, firmado el 3 de marzo de 1918 entre el Gobierno de la Rusia soviética y las potencias centrales. A cambio de la paz, los rusos tuvieron que ceder Alemania, Austria y Turquía, territorios que habían sido parte del Imperio ruso durante siglos. El cartel retrata a un hombre atado a un arado, obligado a labrar la tierra sembrada de calaveras. Los conquistadores alemanes, cuyos rostros y cuerpos no se muestran, lo amenazan con bayonetas. La obra sugiere con claridad que el pueblo italiano tenía dos opciones: seguir combatiendo o someterse a una servidumbre forzada intolerable. El cartel fue producido en Bérgamo para ser distribuido en la «zona de guerra»: la porción norte de Italia que limitaba con Austria-Hungría, donde ocurrieron la mayoría de los combates en los que participó Italia y donde las autoridades eran especialmente susceptibles al peligro del sentimiento antibélico inspirado por la Revolución rusa. La impresionante ilustración es de Silvio Canevari (1893-1931), un artista italiano, más conocido por sus trabajos como escultor en tiempos de paz. Canevari produjo un cartel complementario sobre el mismo tema, titulado La Pace Tedesca (La paz alemana).

¡Venga a visitarnos y haga su contribución voluntaria!

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¡Venga a visitarnos y haga su contribución voluntaria!
La Primera Guerra Mundial provocó hambre y privaciones para la población civil de todos los países combatientes: la producción agrícola disminuía a medida que los campesinos y agricultores se veían forzados a abandonar el campo para combatir, y que los caballos y las mulas eran requisados para uso militar. La importación de fertilizantes utilizados en la producción interna de alimentos y de productos básicos, como el trigo, se vio reducida por los bloqueos y las interrupciones de las que eran las fuentes de abastecimiento en tiempos de paz. En esa época, Italia todavía era un país muy pobre, por lo que la situación alimentaria era particularmente grave. En 1917, la falta de alimentos provocó disturbios en los barrios obreros de algunas ciudades importantes. Las familias de los soldados eran las más vulnerables a la escasez. Como el sistema nacional de asistencia social y el seguro privado aún estaban muy poco desarrollados, la caridad privada era una fuente importante de ayuda para los pobres. Este cartel, que muestra a una figura femenina ofreciendo alimentos a dos niños, anuncia la obra de un comité organizado para repartir alimentos gratis entre las familias de soldados de Turín. La princesa Leticia de Saboya (María Leticia Bonaparte, 1866-1926) fue designada mecenas del comité. El cartel, que enumera cuatro centros de distribución en la ciudad e invita al lector a visitarlos y a contribuir a la iniciativa, fue creado por Osvaldo Ballerio (1870-1942), un especialista en pintura al óleo e ilustrador italiano, más conocido por sus hermosos carteles de viajes.

¡Suscríbase! Credito Italiano

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¡Suscríbase! Credito Italiano
Este cartel, creado por Achille Luciano Mauzan (1883-1952) para la campaña de préstamos de guerra del banco Credito Italiano, es la propaganda más emblemática producida en Italia durante la Primera Guerra Mundial. La imagen es semejante a aquella en la que lord Kitchener señala al espectador y le dice «Tu país te necesita a TI», creada por el artista británico Alfred Leete, o a la imagen en la que el Tío Sam exclama «Te quiero a ti para el Ejército de los EE. UU.», de James Montgomery Flagg. A diferencia del cartel británico o del estadounidense, que utilizan una figura de autoridad para atraer a la población, la versión de Mauzan presenta a un soldado italiano común que apunta con el dedo a sus conciudadanos. Era un enfoque más adecuado para el joven estado italiano que todavía luchaba por superar las diferencias regionales y de otra índole, y por forjar una sólida identidad nacional. La ilustración de Mauzan se reprodujo con innumerables variantes. Su obra original muestra al soldado de cuerpo entero sosteniendo un rifle en la mano derecha y en combate con las siluetas de sus compañeros en el fondo. El cartel que se presenta aquí es un extracto de esa obra y muestra solo la cabeza, el torso y la mano izquierda con el dedo que apunta. Este último cartel se reprodujo en una versión gigante de 30 metros cuadrados, que se colgó en la fachada de edificios públicos en ciudades y pueblos italianos. Mauzan nació en Francia, pero se mudó a Italia en 1905, donde trabajó como ilustrador, diseñador y editor.

Ayude a la patria. Suscríbase al préstamo nacional hasta el 1 de marzo de 1916.

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Ayude a la patria. Suscríbase al préstamo nacional hasta el 1 de marzo de 1916.
Italia se sumó a la Primera Guerra Mundial el 23 de mayo de 1915 al declararle la guerra a Austria-Hungría. Financió su actividad bélica principalmente con préstamos nacionales e internacionales, pero también a través del aumento de las cargas impositivas. Entre diciembre de 1914 y principios de 1916, el Gobierno italiano emitió tres préstamos nacionales para apoyar el esfuerzo de guerra. El conflicto no contaba con el apoyo popular en Italia, y los inversores nacionales no recibieron estos préstamos con particular entusiasmo. Para promocionar los bonos del Gobierno italiano se emplearon carteles. Los principales compradores de bonos pertenecían a la clase media baja del norte de Italia. Este cartel de 1916, que anuncia el préstamo de ese año al 5 %, muestra una victoria alada que blande una espada y una corona de laurel. En el transcurso de la guerra, el Gobierno italiano lanzó cinco préstamos nacionales. El cartel es de Ugo Finozzi (1874-1932), un artista e ilustrador que produjo otros carteles y postales de guerra, como el «Cacciali via!» (¡Échalos!) —un anuncio mucho más desolador sobre los bonos de guerra de 1918 que ilustra a un soldado italiano que empuña una daga para proteger del invasor invisible a una madre italiana y a su hijo—.

Todos nuestros ahorros para la patria

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Todos nuestros ahorros para la patria
Tras la Primera Guerra Mundial, la economía de Italia había quedado debilitada. El desempleo masivo, la escasez de alimentos, las huelgas y la deuda pública, sumados a la decepción causada por el hecho de que Italia no había ganado nuevos territorios en Europa o en colonias de África (a pesar de los sacrificios realizados durante la guerra), impulsaron el surgimiento del fascismo a manos de Benito Mussolini, quien se hizo con el poder en 1922. Este cartel de 1920 insta a los italianos a destinar sus ahorros a la reconstrucción de la patria, aparentemente, mediante la compra de bonos del Gobierno italiano. En él, se muestra una grúa que levanta una alcancía enorme; debajo, hay un mapa de Italia vista desde el norte. El autor del cartel es Plinio Codognato (1878-1940), un destacado ilustrador y ejecutivo publicitario italiano, que después de la guerra trabajó para el fabricante de automóviles italiano FIAT y para otras empresas y marcas italianas, como Pirelli, Campari y Cinzano.

¡Contribuyamos! Es nuestra responsabilidad.

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¡Contribuyamos! Es nuestra responsabilidad.
Este cartel italiano que promociona bonos de guerra, publicado en Milán en 1918, retrata a un soldado italiano al que le falta la pierna izquierda. Lleva muletas e insta al público a suscribirse al préstamo. La imagen del soldado recuerda a Enrico Toti, una figura importante de la propaganda de guerra y del período de posguerra en Italia. Toti nació en Roma en 1882 y perdió la pierna izquierda a los 24 años, mientras trabajaba para los ferrocarriles italianos. Con la determinación de que su discapacidad no lo limitaría, en septiembre de 1911, emprendió un viaje en bicicleta de 29 000 kilómetros a través de varios países europeos. Al año siguiente, inició una travesía similar por África y viajó en bicicleta desde Alejandría, Egipto, hasta la frontera egipcia con Sudán, donde fue detenido por las autoridades británicas, que consideraron que su viaje era demasiado peligroso y lo enviaron de regreso a El Cairo. Cuando Italia entró en la Primera Guerra Mundial, Toti trató de unirse al Ejército italiano, pero fue rechazado debido a su discapacidad. Prestó servicios como voluntario en el frente con su bicicleta y, más tarde, obtuvo autorización para unirse a un prestigioso batallón de bicicletas de Bersaglieri, gracias a la intervención del Ministerio de Defensa y del duque de Aosta. Toti fue asesinado durante la sexta batalla del Isonzo, en agosto de 1916. Cuenta una leyenda que, mientras yacía moribundo en el campo de batalla, lanzó su muleta contra el enemigo. En junio de 1922, el rey Víctor Manuel III inauguró una estatua en honor a Toti en Villa Borghese. El cartel es obra de Aroldo Bonzagni (1887-1918), un pintor e ilustrador vinculado al movimiento futurista italiano, que murió en la pandemia de gripe española de 1918.

La paz alemana

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La paz alemana
Durante el último año de la Primera Guerra Mundial, las autoridades de Italia, entre otros países combatientes, estaban profundamente alarmadas por la Revolución bolchevique y la retirada de Rusia del conflicto. Les preocupaba que el sentimiento de derrota se extendiera a sus pueblos, que eran presa del desaliento, y condujera al debilitamiento del esfuerzo de guerra. Las autoridades respondieron tanto con medidas represivas, con el objeto de contrarrestar la subversión «roja», como con propaganda que instaba al pueblo a luchar hasta la victoria. Este cartel, titulado La Pace Tedesca (La paz alemana), muestra a un enorme soldado de Alemania del norte que pisotea a hombres y mujeres y los aplasta con lo que parece ser un poste de madera arrancado del suelo. La sangre gotea sobre el título. La obra sugiere con claridad que el pueblo italiano tenía dos opciones: seguir combatiendo o terminar aplastado. El cartel fue producido en Bérgamo para ser distribuido en la «zona de guerra»: la porción norte de Italia que limitaba con Austria-Hungría, donde ocurrieron la mayoría de los combates en los que participó Italia y donde las autoridades eran especialmente susceptibles al peligro del sentimiento antibélico inspirado por la Revolución rusa. La impresionante ilustración es de Silvio Canevari (1893-1931), un artista italiano, más conocido por sus trabajos como escultor en tiempos de paz. Canevari produjo un cartel complementario sobre el mismo tema, titulado La Pace Russa (La paz rusa).

Done dinero para la victoria: victoria es paz

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Done dinero para la victoria: victoria es paz
Este cartel de 1917 anuncia los bonos de guerra que vendía la Banca Italiana di Sconto (Banco Italiano de Descuento). Muestra una gran pieza de artillería sumergida en un campo de monedas de oro. Al igual que muchos de los carteles italianos diseñados durante la Gran Guerra, el arma apunta hacia las montañas lejanas: una referencia a la magnitud de terreno, sobre todo, montañoso que se extendía a lo largo de la frontera con Austria-Hungría, donde se libraron la mayoría de las batallas de Italia. Italia se sumó a la Primera Guerra Mundial el 23 de mayo de 1915 al declararle la guerra a Austria-Hungría. Financió su actividad bélica principalmente con préstamos nacionales e internacionales, pero también a través del aumento de las cargas impositivas. Entre diciembre de 1914 y principios de 1916, el Gobierno italiano emitió tres préstamos nacionales para apoyar el esfuerzo de guerra. El conflicto no contaba con el apoyo popular en Italia, y los inversores nacionales no recibieron estos préstamos con particular entusiasmo. Para promocionar los bonos del Gobierno italiano se emplearon carteles. Los principales compradores de bonos pertenecían a la clase media baja del norte de Italia. En 1921, en medio de la crisis financiera nacional posterior a la guerra y, en parte, debido a los desfavorables préstamos otorgados a Ansaldo, fabricante italiano de armamento, la Banca Italiana de Sconto se declaró en quiebra. El artista firmó el cartel como «Girus», una forma abreviada del nombre de Giuseppe Russo (1888-1960), un caricaturista e ilustrador cuya extensa carrera incluyó la colaboración con periódicos italianos especializados en humor y sátira política.

¡Hablan de paz, pero esconden el puñal!

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¡Hablan de paz, pero esconden el puñal!
Este cartel de guerra, producido en 1918 en Verona, en el norte de Italia, buscaba contrarrestar el pesimismo y el desánimo que se habían apoderado del pueblo italiano hacia finales de la Primera Guerra Mundial. Ilustra a un soldado enemigo, de aspecto siniestro, que oculta un cuchillo detrás de la espalda mientras sostiene un cartel que indica «rumores de paz». Debajo hay un epígrafe que proclama: «¡Los conocemos, hipócritas y ladrones de Austria y Alemania! ¡Ahora que los hemos tomado del cuello, quieren que aflojemos el puño para poder atacarnos por la espalda! ¡No! ¡No vamos a aflojar! La paz verdadera, la paz que compensará nuestros sacrificios, que reivindicará a nuestros muertos, que redimirá nuestra tierra, que asegurará el triunfo de los pueblos libres, será conseguida con nuestra victoria!». El mensaje refleja un tema recurrente en la propaganda italiana al final de la guerra: que la victoria era posible y que hablar de paz era desleal. Esos mensajes estaban dirigidos a los soldados al frente, pero también a los trabajadores, en especial, a lo que se desempeñaban en sectores relacionados con la guerra. El cartel fue creado por un artista llamado «Borilli», sobre quien no hay información, y publicado por la empresa Mondadori, fundada por Arnoldo Mondadori en Ostiglia en 1907. Mondadori estuvo en actividad durante la Gran Guerra, en particular, publicando revistas tales como La Tradotta y La Ghirba para las tropas italianas en combate.

Concierto de los aliados

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Concierto de los aliados
Este cartel italiano de la Primera Guerra Mundial anuncia un concierto de bandas militares de los países aliados en el teatro Augusteo, en Roma, en febrero de 1918. El cartel muestra una victoria alada, con partes de las banderas de Italia, Francia, Gran Bretaña y los Estados Unidos de fondo. El texto explica que el concierto es en beneficio de la Cruz Roja de los países participantes. Con frecuencia, la propaganda bélica italiana de finales de 1917 y 1918 destacaba la importancia de los aliados y el hecho de que Italia no estaba sola, sino que formaba parte de una gran alianza de países democráticos que luchaban por hacer del mundo un lugar seguro para la democracia. La intención era contrarrestar el pesimismo causado por la guerra y el posible desánimo del pueblo italiano; para ello, se hacía hincapié tanto en la fuerza de la alianza como en la virtud de la causa aliada. La asociación con los Estados Unidos tenía un significado especial para los propagandistas italianos. Tras haberse sumado a la guerra en abril de 1917, los Estados Unidos incorporaron nuevos y vastos recursos a los aliados. La retórica del presidente Woodrow Wilson y su promesa de crear un orden internacional de posguerra nuevo y más justo también tocó un punto sensible en gran parte del pueblo italiano. El autor de la obra es Vittorio Grassi (1878-1958), ilustrador, pintor y diseñador que, al principio de su carrera, había trabajado para la Banca d'Italia y, luego, participó de la fundación del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Roma. Produjo dibujos e ilustraciones para prestigiosas publicaciones de arquitectura, así como muebles de diseño, cristalería y cerámica. También hizo carteles y grabados para varios organismos públicos, entre ellos, la Oficina de Turismo del Gobierno y el sistema ferroviario italianos.

Diario de George S. Patton, transcripciones anotadas, 1 de enero - 16 de marzo de 1919

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Diario de George S. Patton, transcripciones anotadas, 1 de enero - 16 de marzo de 1919
El general George S. Patton (1885-1945), un joven oficial durante la Gran Guerra, se hizo famoso como comandante del Tercer Ejército de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. En mayo de 1917, se trasladó a Francia con el general John J. Pershing, comandante de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses (AEF, por sus siglas en inglés), donde prestó servicio como ayudante de campo del general y comandante del cuartel general con el rango de capitán. Luego, fue transferido al incipiente Cuerpo de Tanques que estaba formando el Ejército de los Estados Unidos. Fue ascendido a mayor y se le asignó la organización del Centro de Tanques Estadounidenses en Langres, Francia. En marzo de 1918, obtuvo el rango de teniente coronel y quedó al mando de la tricentésima cuarta brigada de tanques, a la que condujo en la batalla de Saint-Mihiel a mediados de septiembre y en la ofensiva de Meuse-Argonne, que comenzó el 26 de ese mes. En el primer día de la batalla, Patton resultó herido y pasó el resto de la guerra en el hospital. Aquí se presentan tres volúmenes de los diarios de Patton, que comienzan en mayo de 1917, con los preparativos para viajar a Francia, y terminan en marzo de 1919, con su arribo al puerto de Nueva York. Por cada volumen de puño y letra de Patton, existe una transcripción mecanografiada anotada del volumen. Las entradas proporcionan información sobre el período formativo de la carrera de Patton como uno de los grandes comandantes de tanques de la historia y muestran aspectos de su compleja y colorida personalidad. La entrada final del diario de guerra de Patton, con fecha el domingo 16 de marzo de 1919, indica: «Todo el trabajo sobre los informes se completó al mediodía. Pasamos el buque faro de Fire Island a las 3:30 p. m. El canal Ambrose, a las 6 p. m. El capitán Murray subió a bordo con instrucciones. El teniente Longstreth se tomó licencia para visitar a su madre enferma (14 días). El final de una guerra perfecta. Fini».
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