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La guerra ruso-alemana. 1914

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La guerra ruso-alemana. 1914
Este grabado, que muestra una escena de una batalla en 1914, pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. El epígrafe dice: «El 7 de agosto, el ejército alemán, que se encontraba cerca de Gumbinnen, introdujo al menos tres cuerpos en la batalla y trató de rodear nuestro flanco derecho. La tensión de la batalla se acentuó. Tomamos la ofensiva en el centro y capturamos gran cantidad de armas. El 8 de agosto, nuestro flanco izquierdo avanzó. Al caer la noche logramos aplastar al enemigo, quien solicitó un alto el fuego para mover a los muertos y a los heridos. El pedido fue denegado. El 9 de agosto, los esfuerzos heroicos de nuestras tropas obtuvieron la victoria. Los alemanes, que habían sufrido grandes pérdidas, se retiraron perseguidos por nuestras tropas». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

El esclarecimiento completo de la interpretación del Corán

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El esclarecimiento completo de la interpretación del Corán
Esta es la edición impresa más antigua del comentario seminal de Muhammad ibn Jarir al-Tabari sobre el Corán, conocido como Tafsīr al-Ṭabarī (La exégesis de al-Tabari). El texto, en 30 volúmenes, está acompañado en los márgenes por Gara’ib al-Qurʼan wa-ragha’ib al-Furqan (Evidencia deseada de la excelencia del Corán), un comentario del astrónomo y exegeta persa medieval Nizam al-Din al-Nisaburi. Los eruditos coinciden en que la importancia de Tafsīr al-Ṭabarī reside, antes que nada, en la transmisión minuciosa que al-Tabari hace de los primeros comentarios y enfoques metodológicos para la interpretación de las Escrituras que ahora ya no existen. Al igual que con su famosa Tarīkh al-Ṭabarī (La historia de al-Tabari), las bases que él sentó se usan para lo que hoy se conoce acerca de los primeros 200 años de la historia y el debate intelectual del islam. La obra consta de citas de eruditos anteriores, que fueron transmitidas oralmente o por escrito. Los eruditos señalan que al-Tabari (circa 838-923) utilizó el dictado para componer su obra. Esto implicaba que el maestro daba clase a sus alumnos, quienes luego le leían sus apuntes para comprobar su exactitud. Si él lo aprobaba, el alumno tenía permiso para volver a transmitir el texto de forma oral o escrita. Se deben haber hecho muchas copias de Tafsīr al-Ṭabarī, ya que pronto su aceptación como texto importante fue generalizada. Los viajes de al-Tabari lo llevaron por todo el mundo islámico, donde recogió las tradiciones exegéticas que figuran en el Tafsīr. Con el tiempo, hizo su hogar de Bagdad, el centro intelectual del mundo islámico, donde obtuvo su reputación y se convirtió en un incansable estudioso, erudito y maestro. Este conjunto de volúmenes fue indexado integralmente por los impresores-editores, por lo que abordarlos es bastante fácil. Los temas abarcan toda la gama de intereses de la época, como la lingüística, la lexicografía y hasta la poesía preislámica. Esta edición, el texto estándar durante casi 70 años, fue sustituida por la edición de El Cairo de 1969. El comentario que hace Nisaburi (fallecido en 1328/9) en los márgenes coincide en organización, pero no en contenido, con el texto principal de al-Tabari. Esta última tafsir no está en el mismo orden de importancia que la de al-Tabari. Por el contrario, Nisaburi seleccionó los temas del Corán y basó su análisis en un teólogo anterior, Fajr al-Din Muhammad al-Razi (1149/50-1210).

Mapa de guerra de Egipto y del Cercano Oriente (número 6), «The Daily Telegraph»

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Mapa de guerra de Egipto y del Cercano Oriente (número 6), «The Daily Telegraph»
Este mapa general de Oriente Medio se publicó en Londres en 1918. Muestra Anatolia, Egipto y el desierto de Arabia. A pesar del título, no se centra en la región como un teatro de operaciones. Las fronteras políticas que se muestran en el mapa no son precisas, a excepción de la frontera oriental de Egipto y las de Irán y Rusia. El mapa se publicó al final de la Primera Guerra Mundial, antes de que la Sociedad de Naciones dividiera los territorios otomanos. Se muestra que Armenia cubre gran parte de Asia Menor. El estrecho de Ormuz, en la entrada al golfo Pérsico, está marcado como la «Costa de los Piratas». Los Estados actuales en el golfo Pérsico están etiquetados como «East India Co (Brit)» (Compañía Británica de las Indias Orientales). Además, se señalan las rutas de ferrocarril (reales y propuestas), los caminos y los senderos. Los mapas en recuadro representan, por una parte, la península del Sinaí con los países vecinos y, por otra, la gran región de Asia Sudoccidental. Es probable que el mapa se haya distribuido como suplemento del periódico The Daily Telegraph. Fue publicado por Geographia, una firma británica que produjo numerosos mapas de guerra entre 1914 y 1918. Se los publicitaba como «la serie más extensa de mapas de guerra publicados a precios populares». Los mapas se vendían o bien en hojas sueltas, como este, o bien en ediciones plegables de bolsillo. El cartógrafo Alexander Gross fundó Geographia en 1911. Según todos los indicios, tenía una personalidad llamativa, era «un truculento inmigrante húngaro». Su hija, la exitosa cartógrafa Phyllis Pearsall, lo consideraba «un padre insoportable, pero, en retrospectiva, amado». Después de la guerra, Geographia quebró, y Gross emigró a Nueva York, donde restableció su negocio. En la década de 1930, Pearsall continuó la empresa de mapas en Londres con el nombre de Geographers’ A−Z Map Company.

Protectorado de Adén

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Protectorado de Adén
Aquí se muestra un mapa de Adén, en el extremo meridional de la península de Arabia, publicado en 1914 a partir de información recopilada de 1891 a 1894 y de 1901 a 1904. Muestra características topográficas, como montañas y uadis (lechos de río secos), y detalles de actividad humana, como asentamientos, fronteras tribales, enlaces de transporte y comunicaciones. El trabajo de investigación para el mapa se llevó a cabo bajo la dirección del teniente coronel F. B. Longe, entonces topógrafo general de la India. Fue publicado por el Servicio Topográfico Nacional de India bajo la supervisión de su sucesor, el coronel sir Sidney Burrard. El mapa tiene varias particularidades, y muchas de las indicaciones son ambiguas. Es extraño que se haya realizado una representación tan vaga del puerto de Adén y del puerto rival estratégico de Perim (Jazirat Mayyun) a pesar de su importancia como estaciones carboneras para la Marina británica y la marina mercante. Las referencias son mínimas. La escala de distancia se proporciona en millas; las cotas, en pies, y el relieve se marca por sombreado. El mapa informa que la altura de la montaña Jabal an Nabi Shu‘ayb es de 8588 pies, aunque, en realidad, alcanza los 3670 metros (más de 12 000 pies). La frontera anglo-otomana, serpenteante y a menudo confusa, es aquella vigente al estallido de la Primera Guerra Mundial. Una nota indica las hojas contiguas en la serie de mapas de Asia Sudoccidental. A raíz de un tratado de finales de la década de 1830, el puerto de Adén y los numerosos territorios gobernados por jeques en el interior se convirtieron en posesiones británicas; con el tiempo, se transformaron en el territorio bajo la administración india británica conocido como el Protectorado de Adén. El mapa se produjo en el centro de Calcuta del Servicio Topográfico Nacional de India mediante la técnica de impresión conocida como fotozincografía. Este proceso fotográfico, que se desarrolló en Gran Bretaña, consistía en el uso de planchas de zinc y posibilitó la reproducción precisa de imágenes y texto.

La lucha heroica del cosaco Kuzma Kryuchkov contra 11 alemanes

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La lucha heroica del cosaco Kuzma Kryuchkov contra 11 alemanes
Este grabado, que muestra a un solitario soldado de caballería que infringe heridas mortales al enemigo, pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. El epígrafe dice: «Toda Rusia conoce la hazaña de Kuzma Kryuchkov, un cosaco del Don. Con su valentía ratificó la gloria militar de los cosacos, que infunden terror a los enemigos de Rusia. Se envió a un escuadrón de seis cosacos en una misión de reconocimiento. Entre ellos se encontraba Kryuchkov, proveniente de Kolvari, cerca de la frontera con Prusia. Durante las maniobras, se toparon con un destacamento de 27 hombres de la caballería prusiana. Dos cosacos partieron de inmediato para informar a sus superiores. Los cuatro restantes libraron un combate contra los enemigos, los obligaron a batirse en retirada y los persiguieron por 12 millas. Solo, Kryuchkov luchó con once alemanes en un violento enfrentamiento. Los alemanes lo atacaron con sus lanzas. En primera instancia, se defendió con un rifle; cuando se lo quitaron, echó mano de su sable hasta hacerse con una lanza alemana que pudo arrebatar. Este héroe cosaco recibió dieciséis heridas, pero ganó la pelea: mató a once alemanes él solo. Por su valentía excepcional, Kryuchkov fue la primera persona en recibir la condecoración de la Orden de San Jorge en esta guerra». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

La toma de Yaroslav

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La toma de Yaroslav
Este grabado, que muestra una amplia escena de batalla y la toma de Yaroslav (actual Jarosław, Polonia), pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. El epígrafe dice: «A comienzos de septiembre, varias batallas terminaron en la toma de localidades de la zona de Sandomierz-Radomyśl Wielki. Aquí, el río San desemboca en el río Vístula. El enemigo quería escapar de la persecución detrás del río San, por lo que tomó una posición sumamente fortificada en Prešov. Allí se desató una feroz batalla. El 3 de septiembre, nuestras tropas capturaron cabezas de puente y cruces, atravesaron el puente sobre el San y llegaron a Yaroslav y a Przemyśl. Nuestra artillería pesada se detuvo en Yaroslav y comenzó a bombardear la ciudad. El cañoneo duró dos días: el 5 de septiembre Yaroslav ardió. A pesar de eso, el enemigo siguió luchando. La batalla fue tan intensa que nadie se encargó de mover los cadáveres durante cuatro días. El 6 de septiembre, capturamos cinco fortificaciones en la margen derecha del río San, cerca de Yaroslav. La mañana siguiente, la batalla encarnizada continuó en todas las fortificaciones. El enemigo nos disparaba desde vehículos blindados y trincheras, que se vio obligado a abandonar, tras nuestra ofensiva, para replegarse. En la noche del 8 de septiembre, capturamos Yaroslav; en la mañana del 9 de septiembre, nuestras tropas entraron en la ciudad». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas Lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el Lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas Lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

La guerra ruso-turca. La derrota del ejército turco en Sarikamish

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La guerra ruso-turca. La derrota del ejército turco en Sarikamish
Este grabado, que muestra una explosión en medio del flanco del ejército turco en Sarikamish, pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. El epígrafe dice: «Nuestras gloriosas tropas caucásicas derrotaron a dos cuerpos turcos en Sarikamish. El noveno cuerpo turco quedó destruido. Se tomaron prisioneros al comandante de los cuerpos, Iskhan Pasha; a los jefes de las divisiones decimoséptima, vigesimoctava y vigesimonovena, y a más de 100 oficiales. Entre muertos y heridos, los turcos han sufrido enormes pérdidas». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas Lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el Lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas Lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

La derrota de los alemanes en el río Bzura

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La derrota de los alemanes en el río Bzura
Este grabado, que muestra la derrota de los alemanes en el río Bzura, pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. El epígrafe dice: «En tres batallas anteriores, el ejército alemán, derrotado, no fue capaz de llevar a cabo una amplia y completa ofensiva contra nuestro ejército invencible en la línea del frente, a la vera del río Bzura. Los alemanes se limitaron a emprender ataques aislados y, como resultado, sus hordas permanecieron en la margen izquierda del Bzura. Los sacrificios sufridos por los alemanes en el Bzura fueron impresionantes: en pocos días, miles de cadáveres pertenecientes a las sangrientas hordas del káiser colmaban las orillas de este río ahora histórico. Al principio, nuestras tropas permitieron que los alemanes cruzaran el río, pero luego, en un rápido ataque, derrotaron al escuadrón que acababa de cruzar. Regimientos alemanes completos trataron varias veces de cruzar el río, pero siempre conseguimos hacerlos retroceder, mientras manteníamos de nuestro lado una importante cantidad de prisioneros. Después de estos intentos fallidos, los alemanes iniciaron la retirada, y nuestras tropas comenzaron la ofensiva con una fuerza indestructible. Ya hemos logrado un importante progreso en todo el frente». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas Lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el Lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas Lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

Una batalla sangrienta contra los alemanes en Vítkovice

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Una batalla sangrienta contra los alemanes en Vítkovice
Este grabado, que muestra una batalla entre rusos y alemanes en Vítkovice, pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. El epígrafe dice: «El sangriento káiser Guillermo II llevaba tiempo prometiendo a sus hordas salvajes que algún día saquearían la bella Varsovia. Los alemanes atacaron dos veces la ciudad, pero siempre se los repelió, y sufrieron grandes pérdidas. Comenzó una guerra de trincheras. Los ríos Bzura, Rawka, Pilica superior y Nida marcaban la línea de contacto entre los alemanes y nosotros. El enemigo quería destruir nuestras posiciones en el Bzura y acceder a Varsovia a toda costa. El 20 de enero de 1915, comenzaron un ataque sin precedentes. Apostaron unos 130 000 hombres y unas 600 armas a lo largo de las 10 millas de la línea del frente. En cada yarda de la línea, había apostado un hombre. Había 12 líneas con esta formación. Después de un terrible huracán de fuego, estas densas columnas de alemanes se precipitaron hacia las trincheras rusas. Nuestros héroes las recibieron con un intenso fuego de ametralladoras y rifles: pilas de cadáveres fueron el resultado. El contraataque de nuestros hombres, y la captura de dos líneas de trincheras, detuvo a los alemanes, que debieron retroceder. Al mismo tiempo, nuestros extraordinarios héroes se trasladaron a la margen izquierda del estuario del Bzura (bajo ocupación alemana), destruyeron un destacamento alemán y capturaron Vítkovice, una victoria de importancia estratégica. Los alemanes perdieron más de 40 000 hombres, la mayoría de los cuales pereció». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas Lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el Lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas Lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

La derrota de los turcos cerca de Sarikamish

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La derrota de los turcos cerca de Sarikamish
Este grabado, que muestra una escena de la batalla entre los ejércitos ruso y turco, cerca de Sarikamish en 1914, pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. El epígrafe dice: «Después de intensas batallas, las principales fuerzas del ejército turco, rodeadas por nuestras tropas en las inmediaciones de Sarikamish, se rindieron. Esta gloriosa victoria de nuestro ejército caucásico cayó como un rayo sobre los líderes alemanes. Derrotamos a dos cuerpos de turcos y capturamos a uno de ellos en su totalidad: comandantes, tres jefes de divisiones y todo el comando. Un pequeño grupo de turcos que logró avanzar fue tenazmente perseguido y destruido. El destino de los turcos se decidió con nuestra retirada estratégica. Se ordenó la retirada de un destacamento, el cual tuvo que superar dificultades inhumanas: no solo lucharon contra las fuerzas superiores de los turcos, sino también desafiaron obstáculos naturales, las montañas. La victoria del Ejército en Sarikamish, logro de nuestros héroes del Cáucaso, nos recuerda a las hazañas de Suvorov y Skobelev. Por primera vez en la historia mundial, se desató una batalla entre dos grandes ejércitos en altitudes entre 8000 y 10 000 pies, en medio del frío brutal del invierno. Los actos más heroicos de la historia militar palidecen ante las hazañas de nuestro ejército caucásico». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas Lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

La guerra ruso-austríaca. La batalla de Lashov

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La guerra ruso-austríaca. La batalla de Lashov
Este grabado, que muestra la batalla de Lashov (actual Łaszczów, Polonia), pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. La leyenda informa, en las palabras de un comunicado del 20 de agosto de 1914 del cuartel general del comandante en jefe en San Petersburgo, lo siguiente: «La decimoquinta división austríaca sufrió una derrota total en Lashov. Fallecieron el comandante de la división, el comandante de la brigada y el jefe del Estado Mayor. Se capturó a un centenar de oficiales, 4000 soldados, 600 heridos, la bandera del sexagesimoquinto regimiento y 20 armas. El campo quedó cubierto de cadáveres». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas Lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el Lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas Lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

La batalla de Lyka

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La batalla de Lyka
Este grabado, que muestra la batalla de Lyka, pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. La leyenda explica, en las palabras de un mensaje telegráfico del Ejército publicado en el periódico Раннее утро (Madrugada) el 9 de octubre de 1914: «El frente ruso-prusiano, en el norte, cerca de Lyka, al sudoeste de Suwałki, fue escenario de una batalla especialmente difícil el 4 de octubre. Fue motivada por un mejor reconocimiento que los alemanes llevaron a cabo en las cercanías de Olecko. Hacia la tarde de aquel día, nuestras tropas repelieron todos los ataques enemigos y contraatacaron. Las fuerzas alemanas sufrieron grandes pérdidas». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

La gran guerra patriótica de 1914. Batallas en el río Vístula en Ivángorod

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La gran guerra patriótica de 1914. Batallas en el río Vístula en Ivángorod
Este grabado, que muestra una escena de una batalla en el río Vístula en Ivángorod, pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. La leyenda, en las palabras exactas extraídas de un informe del cuartel del comandante en jefe ruso, dice: «La batalla de Ivángorod nos consagró como los vencedores absolutos. La derrota de los alemanes es total, y ahora se están retirando hacia la frontera de Prusia Oriental en forma desordenada. Nuestras valientes tropas persiguen tenazmente al enemigo, que deja atrás vagones, armas y municiones, y a los heridos». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

La guerra de Rusia contra Alemania y Austria-Hungría

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La guerra de Rusia contra Alemania y Austria-Hungría
Este grabado, que muestra un choque entre la infantería y la caballería de dos fuerzas opuestas, pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. El epígrafe explica que la imagen representa la toma de Yaroslav (actual Jaroslaw, Polonia) por parte del ejército ruso. Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas Lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el Lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas Lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

Los turcos toman por asalto las posiciones rusas en los altos de Koprukoy

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Los turcos toman por asalto las posiciones rusas en los altos de Koprukoy
Este grabado, que muestra a soldados que huyen tras una explosión, pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. El epígrafe dice: «En agosto de 1914, los turcos tomaron por asalto las posiciones rusas en los altos de Koprukoy. Neutralizamos con éxito los ataques turcos y tomamos la ofensiva: los turcos terminaron por huir en pánico». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas Lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el Lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas Lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

Una batalla en la frontera austríaca

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Una batalla en la frontera austríaca
Este grabado, que muestra una batalla cerca de la aldea de Gopka en la frontera austríaca, pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. La leyenda dice, en las palabras de un informe proveniente de Odesa: «Al llegar nuestras tropas a Gopka el 13 de agosto por la noche, se desató un intenso fuego cruzado. Un feroz combate se inició antes del amanecer y duró 18 horas. La batalla terminó con la derrota de los austríacos, que abandonaron gran cantidad de armas. Los muertos del bando austríaco ascendían a 2000; los prisioneros, a 4000. Es tal el horror que causan en el enemigo los combates con bayoneta, que los evita a toda costa. Cuando se enfrentan a un ataque con bayonetas, gritan en mal ruso, 'Ne Koly (No apuñalar)'». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas Lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el Lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas Lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

Kuzma Kryuchkov, el primer caballero de la Cruz de la Orden de San Jorge

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Kuzma Kryuchkov, el primer caballero de la Cruz de la Orden de San Jorge
Este grabado, que muestra al caballero Kuzma Kryuchkov montando un caballo blanco en el campo de batalla, pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. El epígrafe dice: «El famoso primer caballero en recibir la Cruz de la Orden de San Jorge en esta guerra, el cosaco Kuzma Kryuchkov, nació en 1888 en una familia de viejos creyentes en una granja, Nizhne-Kalmykov, de la aldea Ust-Khoperskaia, condado de Ust-Medveditskii. Un escuadrón cosaco de exploración, del que Kryuchkov formaba parte, cruzó la frontera sin obstáculos. No había enemigos a la vista y, poco a poco, el escuadrón se adentró en Prusia. Por la mañana, apareció una patrulla de caballería prusiana de 27 alemanes, a pocas verstas de ellos. Cuando los prusianos estaban a tiro, los cosacos desmontaron y abrieron fuego. El comandante del escuadrón alemán dio una orden, y los soldados de caballería prusianos emprendieron la retirada rápidamente. Los cosacos montaron sus caballos y persiguieron al enemigo profiriendo estruendosos gritos de guerra. Hubo confusión entre los prusianos. Gritaban ‘Kashlany, kashlany’, que es como los prusianos llaman a los cosacos rusos. Kuzma Kryuchkov, que iba solo, más adelante que sus compañeros, montado en su brioso caballo, alcanzó a la unidad enemiga. Al llegar, los demás cosacos vieron que Kryuchkov estaba rodeado por los prusianos, pero que blandía su sable a diestra y siniestra entre un revoltijo de hombres y caballos. Un instante después, Kryuchkov golpeó a un oficial subalterno en la cabeza con su sable; con otra estocada, Kryuchkov le cortó el cuello. Los prusianos, desconcertados y ya sin comandantes, huyeron». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas Lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

La toma de Yaroslav

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La toma de Yaroslav
Este grabado, que muestra una batalla frente a los muros de Yaroslav (actual Jarosław, Polonia), pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. La leyenda dice, en las palabras del cuartel general del Estado Mayor ruso: «Nuestras tropas irrumpieron en las fortificaciones ubicadas en el flanco derecho de Yaroslav, capturaron 20 armas de fuego y continuaron la ofensiva. El enemigo intentó detenernos haciendo volar el puente sobre el río San, pero fue en vano. Pronto nuestras tropas capturaron Yaroslav, lo que resultó en una gran cantidad de prisioneros y armas capturadas. La disgregación de las fuerzas enemigas se hizo evidente en el aumento de los saqueos, que contribuyeron al caos de la retirada. Los prisioneros de guerra testificaron de forma unánime que casi no quedaban oficiales entre las tropas austríacas. Los nuevos regimientos luchan con valentía a la par de las unidades experimentadas. Nuestras victorias fortalecen a esas nuevas tropas, que ya han adquirido gran fama en el Ejército». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas Lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el Lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas Lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

Una batalla en Gorodok

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Una batalla en Gorodok
Este grabado, que muestra una batalla con caballería en Gorodok (actual Horodok, Ucrania), pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. La leyenda dice, en palabras de un comunicado del 6 de agosto del Estado Mayor en San Petersburgo: «El 4 de agosto, al mediodía, una división austríaca se aproximó a la línea de Gorodok-Kuzmin. Nuestros soldados de caballería iniciaron la ofensiva contra el enemigo en Gorodok; el combate duró cinco horas. Los ataques perpetrados con armas y caballería ocasionaron pérdidas en las filas enemigas. Nuestras pérdidas fueron insignificantes, pero los cadáveres del enemigo cubrían todo el campo. Alrededor de las siete de la tarde de ese mismo día, la menoscabada división austríaca emprendió la retirada, perseguida por nuestra caballería». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas Lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el Lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas Lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.

Buques rusos derriban el crucero alemán «Magdeburg»

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Buques rusos derriban el crucero alemán «Magdeburg»
Este grabado, que muestra un buque en llamas en el mar, pertenece a la colección de carteles lubok de la Primera Guerra Mundial, que se conserva en la Biblioteca Británica. El epígrafe dice: «En la noche del 13 de agosto, el crucero alemán Magdeburg quedó encallado en las aguas someras del golfo de Finlandia, a causa de en la densa niebla. A pesar de que destructores alemanes llegaron al lugar del accidente para brindar asistencia, sus intentos de desembarrancarlo del banco de arena resultaron infructuosos. Por la mañana, se disipó la niebla, y dos de nuestros cruceros abrieron fuego contra el Magdeburg, que primerocontraatacó, pero pronto se vio obligado a solicitar un alto el fuego. Los conductos del crucero alemán fueron destruidos durante la batalla, y una explosión en la proa asoló la nave hasta el puente delantero. Solo sobrevivieron el comandante, dos oficiales y 40 marineros, a quienes capturamos. El resto de los oficiales y de la tripulación perecieron». Lubok es una palabra rusa utilizada para designar obras populares creadas a partir de xilografías, grabados, aguafuertes y, más tarde, litografías. Los grabados, en general, consistían en imágenes sencillas y coloridas que graficaban una narrativa, aunque también podían incluir texto. Las pinturas Lubok comenzaron a ganar popularidad en Rusia a finales del siglo XVII. Los grabados, que a menudo describían un acontecimiento histórico o representaban una pieza literaria o religiosa, se utilizaban para poner ese tipo de relatos al alcance de los analfabetos. El tono de estos expresivos grabados podía variar considerablemente: desde el humorístico hasta el instructivo, pasando por perspicaces comentarios políticos y sociales. Las imágenes eran claras y fáciles de entender; las publicadas en serie fueron las predecesoras de la historieta moderna. La reproducción de los grabados era económica, por lo que se convirtieron en una forma de que las masas exhibieran arte en sus hogares. Inicialmente, las clases altas no tomaban en serio este estilo artístico, pero, hacia finales del siglo XIX, el Lubok gozaba de tal reconocimiento que inspiró a artistas profesionales. Durante la Primera Guerra Mundial, las pinturas Lubok informaban a los rusos acerca de los sucesos en el frente, reforzaban la moral y servían como propaganda contra los enemigos.
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